El lujo vuelve a La Habana

Cuba

El lujo vuelve a La Habana

Modelos famosas y modelos famosos acudieron a la Habana para demostrar a los cubanos que quizás sea más injusto pero que en la práctica hay un mundo mejor. Cuba se aleja a toda vela de las penurias de más de medio siglo. Sierra Maestra, el símbolo de la Revolución, va quedando difuminada en el recuerdo de los nostálgicos mientras en La Habana, el lujo capitalista se infiltra en la austeridad y avanza sobre las alfombras rojas tendidas para saludar su retorno. Llegan los primeros cruceros repletos de turistas burgueses y las propias calles, tanto tiempo proletarias, se animan con los nuevos destellos del glamour olvidado.

Un desfile al aire libre por el centro de la ciudad con las últimas creaciones de Chanel, lejos de espantar a la nomenclatura del Régimen y a sus palmeros congregó estos días en las aceras a millares de personas que aplaudían sin cesar las últimas creaciones de alta moda de la firma que pronto reemplazarán en las fiestas de gala a las tradicionales guayaberas. Modelos famosas y modelos famosos acudieron a la Habana para demostrar a los cubanos que quizás sea más injusto pero que en la práctica hay un mundo mejor.

Entre la euforia y el asombro, muchos asistentes echaban de menos la imagen, para algunos aún venerable, de Fidel Castro, embutido en su chándal, dirigiendo la palabra en tono enfebrecido a las masas defendiendo la igualdad. Pero Fidel no apareció, ni su hermano y sucesor, Raúl, Tampoco. Nadie sabe lo que estarían pensando en sus reductos observando en silencio hasta donde están llegando las cosas. Y más, observando la presencia de su familia contemplando y participando.

En una prueba elocuente de que la sangre se hereda pero las ideas no, uno de los modelos que desfilaron desafiando el pasado y fueron aplaudidos a rabiar fue Tony Castro Ulloa, el nieto del carismático líder comunista, a quien sólo verle en la televisión en tan irreverente espectáculo seguro que le crujían los dientes. Pero el nieto díscolo de Fidel no estaba sólo en el desfile. Entre el público, compartiendo la alegría, se hallaban Mariela Castro, la hija del presidente Raúl Castro. Lo mejor es que ambos, Fidel y Raúl, han podido contemplarlo, quizás con disgusto, no lo sabemos, pero sin tener que sacar la cabeza de debajo de tierra para verlo.

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