Del total de los 20.000 millones de dólares perdidos en la estafa de la firma de inversión, los afectados sólo han reclamado 17.500. Mucho ha dado que hablar el derrumbamiento de Madoff desde que colapsó en 2008: fue entonces cuando se descubrió que las altas rentabilidades de la firma de inversión no eran más que un resultado de una estafa piramidal. Las preguntas no se hicieron esperar. ¿Cómo es posible que sus actividades pasaran desapercibidas ante los reguladores estadounidenses?
El funcionamiento de la firma era bien sencillo: las altas rentabilidades prometidas se iban pagando con el dinero de nuevos clientes del fondo de inversión. El problema: cuando empezó la crisis disminuyeron los nuevos clientes, y todo el sistema se vino abajo.
Ahora, ocho años después del estallido de un escándalo que salpicó a gigantes de la banca mundial, las preguntas toman otros rumbos al asentarse la realidad. La pregunta ya no es cómo lo hicieron, sino cómo es posible que del total de los 20.000 millones de dólares perdidos en la estafa sólo se hayan reclamado 17.500. ¿Por qué las solicitudes de reembolso no ascienden a la cifra de pérdidas? Y, sobre todo, ¿qué clase de inversores renuncian a reclamar 2.500 millones de dólares?
De acuerdo a Bloomberg, la explicación es sencilla: la mitad del dinero no reclamado, unos 1.200 millones de dólares, están directamente vinculados a unos pocos fondos de inversión caribeños. La motivación por no reclamar se hace evidente: con toda probabilidad, lo que podrían recuperar de los 1.200 millones sería minúsculo en comparación directa con lo que les podrían reclamar las Cortes estadounidenses durante el proceso legal.
Con todo, el verdadero misterio queda en los otros 1.300 millones: los expertos apuntan a que, muy probablemente, sus inversores han tenido que rechazar el proceso de recuperación por motivos diversos. Motivos, evidentemente, que los inversores querían ocultar, y no es de extrañar: la exposición mediática y legal no vendría recompensada por los reembolsos, muy especialmente cuando estalló el escándalo, ya que en un principio las estimaciones de devolución apuntaban a que se reembolsarían tan sólo cuatro o cinco centavos por dólar perdido.
Hoy ya se sabe que las devoluciones medias, finalmente, alcanzan los 57 centavos por dólar. Pero, independientemente de las cifras, ¿por qué no reclamar? Los expertos en inversión lo ven claro: no se pierde nada por reclamar y ver qué sucede, a no ser que haya que ocultar algo.
El fondo más afectado
El fondo de cobertura con mayor presencia en Madoff era Harley Internacional Cayman Limited, gestionado por la fiduciaria Euro-Dutch Management Ltd., y con base en las Islas Caimán. Abrió una cuenta con Madoff en 1996, precisamente cuando el fraude comenzaba a tomar mayores dimensiones.
Harley llegó a invertir todos sus fondos en Madoff, hasta 2.000 millones de dólares. Pero a medida que la crisis financiera iba avanzando sus directivos optaron por retirar unos 1.070 millones.
Irving Picard, fideicomisario de Madoff, los reclamó posteriormente alegando que Harvey tenía que ser consciente del fraude de la firma dados sus inverosímiles rendimientos. Finalmente, el fondo terminó por liquidarse en 2009. Y ahí quedan los 1.000 millones restantes.
De momento, las cifras apuntan a hasta 2.500 millones de dólares sin reclamar. Una cifra sorprendente, pero que también tiene una implicación muy positiva: Picard ha afirmado que se ha propuesto devolver la integridad de sus fondos a los afectados, 100 centavos por dólar. Lo evidente es que con 2.500 millones sin reclamar podrá alcanzar sus objetivos más rápido.
