“¿Parlé vu francé?”

DESDE EL MALECÓN CON...

“¿Parlé vu francé?”

Bandera de Cuba

El próximo mes de mayo será dedicado en toda la nación cubana a la cultura francesa. El presidente cubano Raúl Castro está abriendo candados y puertas más que Houdini en un día de intensa actuación. Acaba ahora mismo de recibir en boca del Papa Francisco, en su escala en La Habana para verse con el Patriarca Kiril, un augurio que significa mucho: “Si sigue así, Cuba será la capital de la unidad”.

Lo dijo en el aeropuerto internacional José Martí donde en un salón de protocolo los patriarcas se reunieron por dos horas el mismo día en que las autoridades de la isla decidieron acceder a la petición gringa de que, por favor, les devolvieran el misil aire-tierra”Hellfire” que, digamos que por equivocación, lo subieron a un Air France que venía a La Habana.

Como en un acto de prestidigitación política, sacó por debajo de la manga una carta con la bandera francesa avalada nada menos que por el propio presidente galo, Francois Hollande quien repitió una frase que muchos de los últimos en visitar la isla la han dicho sin mucho titubeo: “Acompañaremos a Cuba en su proceso de reformas”.

Hollande fue de los primeros en visitarnos desde la hora en punto en que Washington y La Habana iniciaron un deshielo que ya iba para más de medio siglo con sólo 90 millas náuticas de por medio. Castro no tardó en reciprocar e hizo maletas en provechosa visita de Estado por dos días a París.

En la terminología militar, muy socorrida en la isla para cualquier tema a discusión o análisis, Cuba acaba de abrir un nuevo e importante “frente de combate” en territorio francés una vez renegociada la deuda con el Club de París y alcanzar nuevas ventajas en financiamientos a corto y mediano plazos.

Dos colegas cubanos, Roberto Veiga y Lenier González, charlaron durante dos horas con el embajador Jean-Marie Bruno. El diplomático volvió a confirmar que “Francia desea ser un aliado comprometido con el pueblo cubano”.

El tan discutido y controvertido tema de los derechos humanos sobre todo de cara a los “requisitos” de la política estadounidense, para Francia, al parecer, no es objeto de gran preocupación:

“Francia no está interesada en darle lecciones a Cuba; no debe juzgar la realidad cubana; ni debe colocar ningún tema en específico como condición para negociar”.

Para cualquier analista no puede escapar que la arrancada en las bilaterales no ha podido ser mejor.

Al margen del desenvolvimiento de las relaciones comerciales e inversiones de capital que pudieran llegar, el próximo mes de mayo será dedicado en toda la nación a la cultura francesa. En su visita, el Presidente Hollande inauguró la nueva sede de la Alianza Francesa con sus laboratorios de punta para el aprendizaje de ese idioma. No le faltan alumnos. Por el contrario, sobran. Y es que dado el tradicional entusiasmo del cubano de a pie aparejado con el proverbial choteo insular, ya los hay por ahí que saludan con una pregunta: “¿Parlé vu francé?”.

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