Su Santidad el Papa Francisco se reunirá en La Habana con su Santidad el Patriarca Kiril de Moscú, un acontecimiento de trascendencia internacional. Bien que valieron las “misas” que el presidente cubano Raúl Castro tuvo en París en visita de Estado la pasada semana, para que pocos días después conociéramos que la liturgia tendría continuidad en La Habana con un encuentro que, aunque El Vaticano advirtiera que estaba “preparado desde hace tiempo”, a no pocos ha tomado por sorpresa.
Su Santidad el Papa Francisco se reunirá en La Habana con su Santidad el Patriarca Kiril de Moscú, un acontecimiento de trascendencia internacional.
De Francia vino el Presidente cubano con un total y público respaldo de su homólogo Francois Hollande al proceso de remodelación socialista emprendido por la isla, pero además, con varios documentos y acuerdos suscritos entre ambos que redundarán en el estrechamiento de las relaciones entre los dos gobiernos y en el que destaca el convenio bilateral para el tratamiento de la deuda y accesos a financiamientos a largo y mediano plazos. Si faltase algo por agregar, habría que dar espacio a que tal visita dejó por sentada que la apuesta cubana no está centrada únicamente en el futuro restablecimiento de relaciones comerciales con EEUU.
El próximo 12 del mes que corre, el Papa y el Patriarca sostendrán un encuentro que según comunicado de la Santa Sede y del Patriarcado de Moscú será en el propio aeropuerto “por gracia de Dios”. El Papa Francisco en camino hacia el vecino México, y el Patriarca de visita oficial en Cuba, un acuerdo en fecha y lugar que ellos tomaron y que según nuestras fuentes, será de unas tres horas en un salón de protocolo de la terminal aeroportuaria habanera.
Las autoridades cubanas, entretanto, también han emitido su comunicado en el que dan cuenta de lo honradas que se sienten por el acontecimiento. Dada la proverbial hospitalidad de la isla, de seguro que no faltará “un cafecito” a tan distinguidas personalidades.
La Habana vuelve a refrendar esa situación tan privilegiada por la que más de una potencia extranjera ha querido tenerla en sus manos o cuando menos, entre manos. Desde la entrada a las Américas, los primados de la iglesia católica y la ortodoxa rusa en ese primer encuentro histórico harán sus respectivos votos para que esta peculiar cita caribeña tenga buenos resultados.
