Volkswagen: el ave fénix de un año plagado de escándalos corporativos

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Volkswagen: el ave fénix de un año plagado de escándalos corporativos

Insignia de Volkswagen

Con el cierre de 2015 se despide a uno de los años más tensos que se recuerdan en cuanto a escándalos empresariales fuera del sector bancario. A lo largo del pasado año 2015 ha pasado de todo. O, mejor dicho, se ha descubierto de todo en lo que a escándalos corporativos se refiere. Desde datos de beneficios maquillados al alza, hasta un reprobable uso de jets de empresa. Una escena que en todos los casos ha dejado el mismo desenlace: millonarias pérdidas para accionistas, un aluvión de demandas pendientes de resolver y deudas de difícil gestión.

La diferencia está en la capacidad de reacción que ha tenido cada una de las empresas implicadas en estos casos. Por primera vez en mucho tiempo, los escándalos más notables no han tenido lugar en el sector financiero. Los tres más sonados afectan al motor, la tecnología y la industria de la inversión. El protagonista alemán del primero ha logrado enmendar ya buena parte del daño sufrido.

Volkswagen: emisiones contaminantes

Corría septiembre cuando la Agencia de Protección Ambiental de EEUU demostró irregularidades en las emisiones contaminantes de motores de Volkswagen. La estafa se reconoció, y desde entonces la fabricante de automóviles alemana se ha visto obligada a realizar un buen número de cambios en su gabinete de dirección.

El cambio más relevante, sin lugar a dudas, ha sido la colocación de Matthias Müller, bien conocido por su labor en Porsche, como consejero delegado del grupo. Un cambio clave que ha llegado para superar la peor crisis en la historia del grupo alemán: ahora Müller necesitará todo el apoyo de los accionistas para afrontar la debacle, contando con las evidentes pérdidas que ha traído el escándalo.

Pero la tarea no será fácil, las acciones han caído en torno a un tercio desde que estalló el escándalo. ¿Mantendrán los inversores la confianza?

De momento, Volkswagen se enfrenta a una deuda millonaria en concepto de multas, además de en costes por reparación de los coches afectados. Y el problema no se acaba ahí: lo peor para el grupo es que lo que comenzó en Estados Unidos se ha extendido ahora por el globo.

Reino Unido, Italia, Francia, Alemania… Todos han abierto investigaciones a la compañía, y en todo el mundo se cuestiona la legitimidad de las pruebas de emisiones contaminantes de Volkswagen.

A destacar que la debacle provocó que la compañía cayera en torno a un 40% en Bolsa frente al arranque del año. No obstante, a partir de la entrada de Müller a la dirección, la recuperación se ha ido consolidando frente a septiembre, momento del estallido del escándalo: desde entonces las acciones se han revalorizado un 15%. No obstante, a pesar de las subidas, la caída anual se quedó cerca del 20%.

Toshiba: maquillaje en las cuentas

Algo más de 1.100 millones de euros: esa es la cifra que infló la gigante tecnológica Toshiba sus beneficios corporativos durante seis años. El escándalo de la compañía tecnológica y nuclear provocó que el director ejecutivo y presidente de la compañía, Hisao Tanaka, renunciara a su cargo después de conocerse la investigación.

Ante tal panorama, y con la peor crisis de la compañía en sus 140 años de historia sobre la mesa, Masashi Muromachi, nuevo consejero delegado de Toshiba, se mostró reticente a aceptar el cargo el pasado julio. No obstante, el CEO ya está en plena faena, y parece dispuesto a conseguir una recuperación “en forma de V” de cara al próximo ejercicio.

Pero no será fácil: se necesitarán cambios importantes en la gestión del grupo, y habrá que controlar el gasto. De momento, una de las medidas claras será el recorte de unos 10.000 puestos de trabajo.

No obstante, el problema es incluso más profundo: la estrategia no sólo deberá implicar un recorte del gasto. También se necesitará restaurar la confianza de consumidores y, sobre todo, de inversores, para que puedan considerar ceder nuevas entradas de capital a la compañía.

Los efectos en Bolsa han sido más que evidentes: Toshiba ha perdido más de un 50% frente al inicio de 2015. Mientras, en términos más precisos, se ha dejado en torno a un 45% desde comienzos de julio, mes en el que estalló un escándalo del que todavía no ha logrado reponerse en el parqué.

Industrivärden: abuso de jets privados

Otro de los escándalos fuertes de este año también ha caído en Europa. Se trata del de Industrivärden, una de las compañías de inversión más importantes de Suecia, y que, a pesar de no ser muy conocida, participa en algunas de las firmas más famosas del país, como Ericsson y Volvo, pasando por la constructora Skanska, y el mayor banco del país: Handelsbanken.

Industrivärden realizó un anuncio oficial de reorganización el 22 de enero de 2015, a raíz de la filtración de informes que revelaban un “excesivo” uso de jets privados por parte de las esposas y los hijos de los ejecutivos, que los acompañaban en viajes de negocios al extranjero (‘negocios’ como los Juegos Olímpicos de Londres en 2012). Cabe mencionar, en este sentido, que el abuso es especialmente escandaloso para los estándares suecos, según apuntan varios gestores del país.

Helena Stjernholm fue la elegida para ponerse al frente de la compañía. Ahora es la directora ejecutiva del holding sueco, y también han cambiado las caras más reconocibles de sus principales grupos participados: sin ir más lejos, la minera Sandvik tiene un nuevo director ejecutivo y presidente, y Volvo cuenta con un nuevo consejero delegado.

De momento, y aún ensombrecida por importantes caídas en Bolsa, queda por ver si la institución inversora será capaz de regenerar la confianza perdida de sus accionistas. El puño de hierro de la nueva ejecutiva se ha traducido en caídas del 6% para la compañía, que hasta antes del estallido del escándalo había logrado sumar más de un 35% en Estocolmo.

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