La Conferencia Empresarial 2009, la cita anual más importante de la patronal española, ha servido para poner de manifiesto las diferencias entre los diferentes empresarios, a pesar de que el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, pretendía que este encuentro sirviera para unificar el discurso frente al Gobierno.
Los representantes del Círculo de Empresarios y de la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) fueron los más beligerantes ante la falta de respuesta del Ejecutivo a la crisis, mientras que las Cámaras de Comercio y el propio presidente de la CEOE se mostraron más moderados. Otra muestra clara de la división fue el hecho de que Jesús Bárcenas, presidente de Cepyme y vicepresidente de la CEOE, decidiera no asistir a la conferencia porque, según algunos medios, no contaron con la patronal de pequeñas y medianas empresas para organizar el evento.
También ha mostrado su desacuerdo con la participación de políticos, como la del ministro de Fomento, José Blanco, que acudió a la cita en representación del Gobierno y que se convirtió en el blanco de todas las críticas.
Los reproches, además, no sólo fueron por la gestión económica del Gobierno, sino también por la política social. Así, el presidente de la Asociación para el Progreso de la Dirección, José María Aguirre González, ha acusado al Gobierno de estimular un ambiente en el que hay “tolerancia con el consumo de drogas”, “falta de autoridad en la escuela” y “permisividad y negociación con los terroristas”.
Por su parte, el presidente Circulo de Empresarios, Claudio Boada, ha criticado que el Gobierno pretenda decidir el modelo económico hacia el que tenemos que ir. Boada afirma que ésa es una cuestión que deben dirimir los empresarios y la sociedad en su conjunto. Díaz Ferrán intentó suavizar las críticas al afirmar que están dispuestos a colaborar con Zapatero.
