‘El País’ vuelve a dar espacio a Gallardón para el autobombo con la excusa del fallecimiento de García Márquez

Muerte de García Márquez

‘El País’ vuelve a dar espacio a Gallardón para el autobombo con la excusa del fallecimiento de García Márquez

Alberto Ruiz-Gallardón, ministro de Justicia

El ministro de Justicia firma un artículo en el diario de Prisa en el que llega a asegurar que cuando tuvo la «tentación» de abandonar la política el premio Nobel le llamó para que aguantase. Alberto Ruiz-Gallardón ha querido hace su particular homenaje a la figura de Gabriel García Márquez, fallecido el pasado jueves a los 87 años de edad. El ministro de Justicia dedica un texto al genio de la literatura y periodista en las páginas de El País en el que asegura que “cuando tuve la tentación de abandonar la política me llamó para decirme que aguantase”.

“Cuando hace seis años tuve la tentación de abandonar la política, al verme excluido de la candidatura al Congreso, me llamó para decirme que aguantase”, señala el que fuera alcalde de Madrid que afirma que “guardo esa llamada en mi memoria como uno de los privilegios que justifican y compensan las amarguras de la gestión del poder político”.

La relación de Gallardón con las obras de García Márquez se la debe el ministro a Jesús Polanco que, según este artículo, fue “quien me introdujo en el mundo mágico de Gabo”. “Comíamos en Los Bravos en Valdemorillo”, recuerda Gallardón que reconoce que “alguna foto debe quedar por ahí colgada”. Allí, “el almuerzo se fundía con la cena en casa de Jesús y solo la madrugada me devolvía a la realidad”. Fue en esa época cuando el ya fallecido escritor le pidió que no dejase la política.

Además de desvelar la llamada de Gabo, Gallardón en este texto, titulado ‘Macondo o la justicia pendiente’, se pregunta “cuántas tesis doctorales se habrán escrito sobre la idea de justicia en la obra de García Márquez”. “A estas alturas deben de ser tan incontables como las criaturas que pueblan la noche de Macondo”, afirma.

“Pero lo que cualquier lector puede atestiguar es que se trata sobre todo de una justicia pendiente, o, todo lo más, una justicia poética, que cuando se consuma restituye el orden lógico y estético al que sus personajes pertenecen, generando así el falso consuelo de un cierto sentido, el sentido narrativo, que solo por el hecho de contar –Vivir para contarla– parece abrir un resquicio de esperanza, sin que por eso la mirada de Gabo deje de mostrarnos un mundo violento y atrabiliario, un mundo injusto a la espera de redención”.

“Pienso”, continúa el exalcalde, “en la estructura perfecta, circular, de ‘Crónica de una muerte anunciada’, o en la brutal explotación de la cándida ‘Eréndira’ por su abuela desalmada, o en la pequeña satisfacción retrospectiva que supuso sacar a la luz, con no poco escándalo, el ‘Relato de un náufrago’, pero satisfacción para el autor y su público, no para su protagonista, quien, si no me falla la memoria, terminó “desbarrancado –así creo que decía el prólogo– en el olvido de la vida común”.

Una reflexión que sirve al titular de Justicia para hacer su particular homenaje a este genio de la literatura.

Más información