Los ‘aduladores mediáticos’ de Aguirre cierran filas tras la fuga de la lideresa

Aguirre a la fuga

Los ‘aduladores mediáticos’ de Aguirre cierran filas tras la fuga de la lideresa

Esperanza Aguirre, expresidenta de la Comunidad de Madrid

Hermann Tertsch y Salvador Sostres se unen a Marhuenda y emprenden una campaña para defender el honor de la dirigente del PP. La ‘corte mediática’ de defensores de Esperanza Aguirre no está dispuesta a consentir que Esperanza Aguirre sea ‘linchada’ en la plaza pública por darse a la fuga cuando estaba siendo multada por aparcar en el carril bus en Gran Vía y se ha puesto manos a la obra para defenderla.

Primero, fue el director de La Razón, Francisco Marhuenda, quien prácticamente se convirtió en un ‘antisistema’ en el programa de Antena 3, Espejo Público, justificando que los ciudadanos hagan caso omiso a los agentes de movilidad como hizo Aguirre: “Un agente de la movilidad me para y yo no me paro. No me da la gana”, soltó Marhuenda. Y ahora han seguido sus pasos otros declarados aguirristas como Hermann Tertsch y Salvador Sostres.

Anoche, fue Tertsch quien aprovechó su presencia en la tertulia de ‘El Cascabel’, el programa nocturno de 13TV, la cadena de los obispos, para romper una lanza a favor de la expresidenta de la Comunidad de Madrid. Y lo hizo atacado: “Entiendo que Aguirre se fuera por lo que se estaba preparando allí, las cámaras de ‘El Intermedio’ y Cuatro, gentuza con programas para linchar que necesitan imágenes”.

Según las declaraciones que recoge hoy periodistadigital.com Hermann Tertsch afirmó: “Conociendo el carácter de la persona, comprendo que le diera el pronto y que dijera ‘yo me voy’, sabiendo lo que se estaba preparando allí, las cámaras para El Intermedio y para la Cuatro, y después ya ponerla a ver si sopla y la cogemos en unas imágenes. Lo que necesitaban eran las imágenes, y Esperanza Aguirre es muy perro viejo en este tema de la política como para dejarse pillar en una de esas, y eso sí que no. Todos los linchamientos, la gentuza que los está haciendo, la gentuza que ha estado linchando a Rouco Varela, no necesitan argumentos para linchar porque tienen programas para linchar y hay que llenarlos de producto y para eso sirven este tipo de incidentes”.

Sostres ataca sólo a las mujeres

Sin embargo, el que se lleva la palma, por su machismo, es por el momento el polémico columnista de El Mundo Salvador Sostres, que utiliza hoy su espacio en el diario que dirige Casimiro García-Abadillo para arremeter e insultar a todas las mujeres que se han permitido el lujo de cuestionar a la lideresa a las que llama “hienas”, “escritorzuelas”, “mediocres”, “resentidas”, cobardes y “viejas chismosas”, entre otras ‘perlas’.

Para Sostres “ha sido un espectáculo ver cómo las hienas se han lanzado a la yugular de Esperanza”. Estas “hienas que han olido la sangre” a las que se refiere Sostres son las que él denomina “escritorzuelas de la presunta derecha” cuyo pecado a sido ir a por Esperanza Aguirre, cuando para este columnista“lo del incidente con el guardia urbano fue una anécdota aparatosa, pero sin ninguna importancia”.

Resulta que, en opinión de Sostres, a la lideresa se la critica ya que “Esperanza es libre y las mujeres mediocres la presienten como un insulto en lugar de entenderla como un ejemplo” y aclara que “muchas mujeres se la tenían guardada y no hallaban el momento de atacarla”.

Dice que los reproches a su comportamiento se deben a “un agrio resentimiento acumulado durante años, esperando la debilidad o el tropiezo” y añade que “es enternecedora la cantidad de justicieras que han salido a tratar de humillarla o a darla por políticamente muerta. Es admirable con qué maldad de vencidas han vertido su veneno”.

Esperanza, grande y libre

Y después le dedica una retahíla de elogios en cascada que produce sonrojo: “Esperanza es libre y las mujeres mediocres la presienten como un insulto en lugar de entenderla como un ejemplo. Esperanza es rica y valiente, y las viejas chismosas, tan cobardes, no sólo no intentan aprender de quien es mejor que ellas, sino que la desprecian. Esperanza es noble y la turba quiere robarle las joyas, en lugar de crecer en fascinación por su nobleza. Nada destruye más que el odio cuando es la proyección de tu debilidad. El odio que genera Esperanza es la metáfora del asco que tantas fracasadas sienten por sus propias vidas. Es más fácil ir a gritar a las casas de los demás que asumir tu responsabilidad y tratar de mejorar”.

Sin embargo, Sostres augura que las féminas que la odian tanto son las que quieren “disimular su incompetencia con su entrepierna” pero les avisa que no conseguirán su ‘cabeza’: “Han salido a por una presa que no existe” y eso, según Sostres, “Esperanza lo sabe. Y por eso sonríe”.

Más información