El Ayuntamiento de Madrid quiere habilitar al conductor de la grúa para que retire vehículos mal estacionados, sin necesidad de que un agente de Movilidad o Policía Municipal esté presente. La fusión de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) y de Madrid Movilidad traerá consigo la recuperación de un viejo proyecto del PP madrileño, la ‘grúa exprés’.
Según una información de la Cadena Ser, Ana Botella quiere ‘rescatar’ este proyecto del que se viene hablando desde hace nueve años y que ya se aplica en varias ciudades españolas. Con el anterior alcalde, Alberto Ruiz Gallardón, se intentó pero no se pudo concretar por el rechazo sindical y por la inseguridad jurídica que se podía crear.
Aprovechando la mencionada fusión, el Consistorio madrileño quiere habilitar al conductor de la grúa para retirar vehículos mal estacionados, sin necesidad de que un agente de Movilidad o Policía Municipal esté presente.
Tal y como recoge la citada emisora, lo que pretende el Área de Movilidad madrileña, dirigida por Diego Sanjuanbenito, es instalar un equipo en la grúa para transmitir la imagen del vehículo infractor. Esto potenciará el servicio del coche de la EMT que denuncia las infracciones del carril bus (SACE), ya que también podrán captar imágenes del vehículo que entorpedezca el tráfico y mandar telepáticamente a una central donde un agente confirmará la infracción y autorizará la retirada del mismo.
Los propios agentes de Movilidad han alertado sobre la inseguridad jurídica de la iniciativa de Botella, ya que el personal de la grúa no tiene la condición de “agente de autoridad”. “Es muy difícil, por no decir imposible, que simplemente con una fotografía se pueda ver una infracción. Tiene que haber un agente de calle que sea el que valide y ponga una sanción como deber ser y no a distancia”, ha manifestado Jesús Méndez, secretario general del Sindicato Profesional de Agentes de Movilidad.
