Sube la tensión política en las regiones: cinco autonomías convocan elecciones

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Sube la tensión política en las regiones: cinco autonomías convocan elecciones

La crisis económica y los múltiples recortes que las comunidades se han visto obligados a aprobar para cumplir, entre otros puntos, con los objetivos de déficit del Gobierno han forzado a cinco regiones a llamar a los ciudadanos a las urnas. Todo, en un esfuerzo de estos presidentes autonómicos por paliar la impopularidad de estos ajustes en temas tan controvertidos como la Educación y la Sanidad y sentirse legitimados por el pueblo.

Ni una, ni dos, ni tres. Nada menos que hasta cinco elecciones autonómicas han tenido lugar este 2012. Y con múltiples resultados: el PSOE mantiene Andalucía y ‘reconquista’ Asturias; el PP se afianza en Galicia; el PNV vuelve al poder en Euskadi; y CiU se la ¡pega’ en Cataluña.

La delicada situación económica unida al despertar social que se ha producido ante el malestar contra la clase política y los recortes han obligado a los Gobiernos regionales a llamar a los ciudadanos a las urnas en unas convocatorias poco habituales. De estos cinco comicios, cuatro han sido anticipados. Incluso, en Asturias sólo ha habido 10 meses entre una cita y otra.

Este carrusel electoral arrancó en Andalucía el 25 de marzo. En una decisión histórica hasta el momento, José Antonio Griñán decidió desligar los comicios andaluces de unas generales, algo que hasta ahora siempre se había dado. Una estrategia para separar el castigo de los electorales al Gobierno de Zapatero de su candidatura a la reelección en la Presidencia de la Junta y que al final no le salió del todo mal al dirigente del PSOE andaluz.

A pesar de que el PP ganó estas elecciones por 40.000 votos frente a los socialistas, sus 50 escaños no fueron suficientes y Javier Arenas se quedó, por cuarta vez, a las puertas del poder. Una nueva derrota ante la que se vio obligado a decir adiós al liderazgo de los populares de Andalucía. Y es que, PSOE e IU cerraron un pacto por el que Griñán continuaba al frente de la región y la coalición de izquierdas se hacía con un buen número de ‘sillones’ en la Junta.

De nada sirvió la dura e intensa campaña de Génova ante estos comicios que el desembarco masivo de ministros y dirigente del PP a estas tierras. Asimismo, se escenificó el fracaso de las encuestas, ya que todas daban a Arenas mayoría absoluta.

Ese mismo día, el exministro de Fomento con José María Aznar, Francisco Álvarez Cascos, había llamado a los asturianos a una cita electoral apenas diez meses después de los últimos comicios dónde su partido, Foro, salió vencedor. Un órdago del que Cascos salió escaldado.

Lejos de repetir mandato, perdió la Presidencia del Principado en beneficio del PSOE que logró cerrar un acuerdo con IU y UPyD. Y es que, los constantes choques con el PP asturiano pasaron factura al exministro que fue incapaz de acercar posturas con los populares y con el único diputado que logró la formación magenta para seguir como presidente autonómico.

Hubo que esperar cinco meses para dos nuevas citas: Galicia y País Vasco. De manera anticipada, Alberto Núñez Feijóo y Patxi López llamaron respectivamente a sus conciudadanos a unos comicios el 25 de octubre para que decidieran quién querían que gobernase los próximos años.

Una consulta con desigual resultado. En tierras gallegas, el PP logró afianzar su mayoría absoluta frente a los sondeos que vaticinaban una pérdida de la misma ante la aparición de nuevos partidos políticos como la formación de Mario Conde, Sociedad Civil y Democracia. A pesar de sus múltiples actos de campaña y entrevista en medios conservadores, el exbanquero no logró entrar en el Parlamento gallego.

Más allá de la victoria de Feijóo y el fracaso de Conde, estas elecciones escenificaron la división que existe en las filas del PSOE de Galicia con una lucha sin cuartel por el poder entre los afines a Carme Chacón y el entorno de Alfredo Pérez Rubalcaba. Asimismo, hay que destacar el éxito de Xosé Manuel Beiras y su Alternativa Galega de Esquerda que en sólo unos meses de vida obtuvo nueve escaños, muy por delante de los siete del BNG.

Mientras que en Galicia el PP se asentó en el poder, en el País Vasco, el PSOE ha tenido que decir adiós. Patxi López abandonará la Lehendakartiza después de que el PNV ganara las elecciones. Eso sí, el triunfo de Iñigo Urkullu se vio un poco ensombrecido por la irrupción de Bildu. La izquierda abertzale se situó como segundo partido más votado en Euskadi siguiendo de cerca a los jetzales.
Los socialistas se tuvieron que contentar con ser la tercera fuerza por delante del PP y de UPyD que, por primera vez, tendrá un diputado en el parlamento vasco.

Este aluvión de convocatorias electorales ha terminado con Cataluña. Las ansias soberanistas de Artur Mas y sus constantes enfrentamientos con Mariano Rajoy en temas como la fiscalidad provocaron que el presidente de la Generalitat retase al Gobierno con un adelanto electoral cuando sólo había cumplido dos años de su mandato. Una decisión que, a tenor de los resultados, seguro que ahora no se atrevería a tomar.

Mas y CiU han cosechado un auténtico batacazo con la pérdida de 12 escaños y la obligación de depender de otros para seguir en el poder. En concreto, de ERC. Los republicanos catalanes, con su defensa de la independencia y sus críticas a los recortes, han ‘conquistado’ al electorado hasta el punto de convertirse en segunda fuerza más votada con 21 escaños.

Por detrás, el PSC de Pere Navarro que ha protagonizado un fracaso histórico para el partido y el PP de Alicia Sánchez Camacho que ya respira en la nuca de los socialistas. ICV y Ciutadans también han aumentado su representación parlamentaria con 13 y nueve escaños, respectivamente. El CUP logró tres representantes.

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