La referencia del Consejo de Ministros ha incluido algunos retoques fiscales inesperados que afectan al IRPF que deben pagar los profesionales y los autónomos y al impuesto de sociedades. Medidas pensadas más para adelantar el cobro que para aumentar la recaudación.
A pesar de ello, es probable que la luna de miel que parecían vivir el Gobierno y las organizaciones de los autónomos, que apoyaron la reforma laboral, esté a punto de terminar. Sea como sea, lo cierto es que desde el próximo 1 de agosto, hasta el 31 de diciembre de 2013 las retenciones que se aplicarán sobre los ingresos de los profesionales serán del 21% en lugar del 15% como eran hasta ahora.
La modificación en el impuesto de sociedades afecta a las compañías cuya cifra de negocios supere los 20 millones de euros y tiene el mismo sentido de anticipar la recaudación, según las opiniones de urgencia de los expertos. Estas compañías no podrán aplicarse créditos fiscales en los ejercicios 2012 y 2013.
Otras medidas adicionales gravan algunos beneficios procedentes de ‘fuente extranjera’ con un 10%, en una referencia que podría interpretarse como un gravamen a la repatriación de dinero que se encontrase en paraísos fiscales o el aumento de los mínimos vigentes para los pagos fraccionados que pasan del 8% al 12%.