España puede que tenga buenas noticias parciales en cuanto a la igualdad de género, como el hecho de que haya sido el país donde más mujeres se han presentado a las elecciones en 2016 o las masivas manifestaciones en contra del machismo que se produjeron este miércoles en varias ciudades del país. Sin embargo, esta realidad, como el ‘éxito’ de la huelga de hambre de las mujeres de Puerta del Sol, subyace de una lacra: el machismo incesante. El caso de Teresa Rodríguez y el acoso que recibió por parte de un miembro de la Cámara de Comercio de Sevilla. Inés Arrimadas y las constantes apelaciones a su aspecto físico. Como la que hizo el exportavoz del Gobierno del PP, Miguel Ángel Rodríguez, quien describió a la líder de la oposición en Cataluña como “físicamente atractiva como hembra joven. Políticamente es inconsistente”.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, cuando fue objeto de ataques sexistas, procedentes del miembro de la RAE, Félix de Azúa, y del representante del PP, Óscar Bermán, quien aseguró que Colau debería “limpiar pisos”.
Estos casos son solo unos pocos, una minoría entre la existente. Sencillamente, es difícil imaginar que quien se atreve a hacer eso con personalidades tan influyentes como estas tres mujeres no lo vaya a hacer con otras personas de menor repercusión mediática.
Esto es lo que ha venido a cuestionar, en cierto punto, el New York Times. El periódico más prestigioso del mundo ha realizado un artículo dedicado a las políticas españolas y su combate contra el machismo. En el artículo, titulado “las mujeres españolas, avanzando en la política, todavía luchan contra el sexismo”, repasan estos casos para asegurar que “el sexismo y el machismo siguen profundamente arraigados en el establishment político español”.
No obstante, el New York Times también considera que las mujeres españolas han hecho enormes avances en los últimos años, ya que “la revuelta contra los partidos convencionales ayudó a romper algunas redes ancladas”.
El diario recuerda que hace menos de un año que los votantes eligieron un Parlamento con un número récord de mujeres para España: 139 de los 350 legisladores. Dentro de Podemos, que se ha convertido en el tercer partido más grande de España, señala, las mujeres representan casi la mitad de los legisladores. En las regiones de España, las mujeres de extrema izquierda ahora sirven como alcaldes tanto en Madrid como en Barcelona, las dos ciudades más grandes de España.
“Pero las mujeres dicen que todavía enfrentan grandes obstáculos al tratar de abrirse camino en la política española, todavía predominantemente un mundo de hombres. El acoso sexual aparte – y es común – entre los problemas más comúnmente citados por las mujeres es que los hombres esperan que sus colegas femeninas compartan sus puntos de vista, no tengan opiniones propias”.
