La Fundación Franco se viene arriba y pide colegios, hospitales y aeropuertos con el nombre del dictador

La fundación franquista asegura que Franco fue la “antítesis” de Hitler. Antón Gómez-Reino es el diputado y portavoz de En Marea en el Congreso. El nombre del político gallego ha pasado a un primer plano estos días después de la respuesta que la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF) ha dado a su pregunta parlamentaria: “¿Quién imagina una Fundación Hitler en Alemania?». 
 
Gómez-Reino presentó una solicitud de información para conocer el dinero que ha recibido la Fundación Francisco Franco desde su creación así como una PNL para modificar la Ley de Fundaciones y que se pueda retirar de esta forma a la institución franquista de la lista.
 
La Fundación Nacional Francisco Franco ha querido responder a la pregunta y a las intenciones de Gómez-Reino, anunciando que “el problema de lanzar preguntas absurdas al aire es que pueden caer respuestas inesperadas”. Inesperadas o inauditas, desde luego.
 
Para empezar, la FNFF asegura que comparar a Hitler con Franco es “manipulación”, ya que el dictador español fue “la antítesis” del Führer alemán. “Franco fue un católico ejemplar, y su visión del mundo era la de un conservador tradicionalista, en tanto que Hitler era ateo y su visión del mundo era la de un imperialista”, argumenta la FNFF.
 
Según la fundación franquista, Franco ganó la guerra civil “practicando una estrategia de minimización de daños, por lo que las pérdidas humanas en combate fueron muy inferiores de lo esperable en un conflicto de tal envergadura”.
 
Es más, considera que Francisco Franco Bahamonde llevó a España a las más altas cotas de “paz, reconciliación y desarrollo” de su historia.
 
Por esas supuestas razones, la FNFF asegura a Gómez-Reino que Francisco Franco “no sólo merece tener a su nombre una fundación que defienda su inmensa obra política, económica y social, sino que merece una plaza o avenida en cada ciudad y pueblo; merece colegios, aeropuertos, universidades y hospitales”.
 
Para acabar la epístola, los franquistas consideran “asombroso” que la figura de Franco sea “permanentemente vilipendiada por quienes le deberían tributar su agradecimiento y reconocimiento”.