Aguirre usa Chernóbil para criticar la gestión de Carmena contra la contaminación

Ayuntamiento de Madrid

Aguirre usa Chernóbil para criticar la gestión de Carmena contra la contaminación

    Esperanza Aguirre, portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid

    “Prohibir, declarar, de la noche a la mañana, un estado de excepción circulatoria, como ha hecho el Ayuntamiento comunista-populista, es muy fácil”, afirma Aguirre. La portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid, Esperanza Aguirre, ha arremetido, una vez más, contra el equipo de Gobierno de Manuela Carmena por su “especial torpeza a la hora de anunciar las medidas con las que pretende salvaguardar la calidad del aire que respiramos”. Y lo ha hecho, recordando Chernóbil, la desecación del mar de Aral o la lluvia ácida en todos los países del Este de Europa, que muestran “los resultados a los que conduce el comunismo en materia de medio ambiente”.
     
    “La actuación de los responsables municipales en este asunto se ha convertido ya en un modelo de cómo no debe tratarse a los ciudadanos a la hora de transmitirles información, consejos e instrucciones”. Así lo señala Esperanza Aguirre en un artículo de opinión publicado este domingo día 1 de enero en Expansión. Un texto titulado ‘Carmena y el mal aire de Madrid’ en el que la expresidenta regional sostiene que “ante un asunto tan capital como la limpieza del aire y la salud de las personas, no podemos ni debemos quedarnos únicamente en una crítica a la caótica forma de actuar de este Ayuntamiento, tenemos el deber de ir al fondo. O, por lo menos, intentarlo”.
     
    Tras destacar la prohibición de circular por la almendra central a los coches con matrícula par, Aguirre explica que “si al actual equipo municipal de verdad le preocupa la salud de los madrileños y si sabe que mantener limpio el aire que respiramos es una de sus principales responsabilidades, ¿qué ha hecho en los más que 500 días que lleva gobernando Madrid en pro de esa limpieza y de la salud de todos?”.
     
    “Prohibir, declarar, de la noche a la mañana, un estado de excepción circulatoria, como ha hecho el Ayuntamiento comunista-populista de Madrid, es muy fácil”, afirma la popular, “sobre todo, cuando se profesan ideologías de tipo estatalista, en las que el Estado siempre debe estar por delante de los ciudadanos y no a su servicio”. Pero la cuestión, según Aguirre, es “¿qué ha hecho, de verdad, el Ayuntamiento de Madrid para luchar contra la suciedad de nuestra atmósfera? La respuesta es muy fácil: absolutamente nada”.
     
    “No han puesto en marcha ni un metro más de transporte público, ni un aparcamiento disuasorio, ni siquiera un plan (ya se sabe que a la izquierda le vuelven loca los planes) para renovar la flota de la EMT (que muchos expertos aseguran que es hoy, con más de 900 autobuses pendientes de cambiar a gas, una de las principales fuentes de contaminación). Nada de nada”, reitera la expresidenta regional. “Sólo coacción, prohibición y multas, muchas multas, para recaudar mucho dinero”.
     
    Madrid, destaca Aguirre, “ha estado gobernada 26 años por corporaciones del Partido Popular, y la lucha contra la contaminación ha sido una de las constantes de esos 26 años”. Y se ha hecho “con medidas concretas. Sin crear alarma social, sin alharacas, sin coacciones ni multas. Con incentivos, con infraestructuras, con responsabilidad”. Iniciativas como la eliminación de las calderas de carbón o la construcción de 200 kilómetros de Metro. Por ello sostiene que “comparar lo que fue la acción municipal del PP con la actual de Ahora Madrid deja claro que para el PP lo primero es salvaguardar la libertad de los ciudadanos, y que las prohibiciones y las multas son lo último a lo que hay que recurrir”.
     
    Asimismo, Aguirre aprovecha este artículo en el mencionado diario económic para “reivindicar sin complejos que donde se han desarrollado con más intensidad y mejores resultados la lucha contra la contaminación atmosférica y la defensa del medio ambiente es en los países con economía de mercado, es decir, en los países capitalistas”. “Los desastres ecológicos del comunismo han sido y siguen siendo de una magnitud tal que es posible que nunca se reparen. Y ahí están Chernóbil, la desecación del mar de Aral o la lluvia ácida en todos los países del Este de Europa para dar testimonio inapelable de los resultados a los que conduce el comunismo en materia de medio ambiente”.
     

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