SOS Racismo recuerda que la ONU denunció el CIE de Aluche por «racismo y tortura». El Sindicato Unificado de Policía, el sindicato mayoritario de la policía, agradece a través de un comunicado la “intervención divina” de la lluvia, el método más efectivo para resolver el episodio vivido en el CIE de Aluche. De esa forma irónica, el sindicato ha querido visibilizar la precariedad laboral con la que conviven “diariamente” los internos, policías y trabajadores de estos centros, que sufren la “falta de recursos humanos, deficiencias en las infraestructuras y escasez de recursos materiales para garantizar la seguridad de los compañeros y de los internos”, denuncia.
Unos internos a los que cataloga como “delincuentes” al asegurar que “un porcentaje altísimo de éstos cuentan con varios antecedentes penales y están pendientes de su expulsión”. Una afirmación que ha encontrado la respuesta de Jueces Para la Democracia, que afirma que “en los CIE se encuentran privadas de libertad, sin haber cometido delito alguno, personas en situación administrativa irregular según la Ley de Extranjería, incluidas las solicitantes de asilo o protección que no han sido identificadas a su llegada”.
SOS Racismo se lleva las manos a la cabeza con la afirmación realizada por el SUP y recuerda que en 2012 “la ONU condenó a España por la reclusión arbitraria, discriminación racial y tortura a un interno magrebí llamado El Hadj, detenido en el madrileño CIE de Aluche”. SOS Racismo asegura que son “extranjeros privados de su libertad sin haber cometido ilícito penal” los que permanecen encerrados en los CIE. Además, esta ONG que vela por los derechos humanos de estas personas denuncia “las identificaciones policiales por perfil étnico -racistas-, los vuelos de deportación, las vallas fronterizas y la denegación de visados”.
El incidente en el Centro de Aluche, asegura el SUP en el comunicado, “es solo uno más de los acontecidos a lo largo de este año en otros CIE de nuestro territorio, que se ve agravado por la inacción de un gobierno en funciones y la de un ministro de Interior en precario que se ocupa más de salvar su ya deteriorada imagen institucional que en garantizar la legalidad en los centros de extranjeros”.
