Equo pide al Gobierno un plan PIVE para bicicletas y coches eléctricos

Contaminación

Equo pide al Gobierno un plan PIVE para bicicletas y coches eléctricos

Coche eléctrico

El partido ecologista propone incluir en los presupuestos generales una partida para financiar los vehículos no contaminantes y una fiscalidad favorable para este tipo de transportes. Coincidiendo con la Semana Europea de la Movilidad, Equo ha realizado una propuesta que puede ayudar a cambiar la mentalidad ciudadana y animar a dejar el automóvil en casa o, por lo menos, a cambiarlo por otro menos contaminante, con argumentos bastante atractivos y que van directo al bolsillo. Y es que el partido ecologista pide al Gobierno un plan PIVE que incluya ayudas extra a la movilidad sostenible como por ejemplo la compra de bicicletas o vehículos 100% eléctricos, ya que en la actualidad la compra de este tipo de coches recibe la misma ayuda que los vehículos de gasolina o diésel.
 
Equo propone incluir en los presupuestos generales una partida especial para financiar la compra de bicicletas y vehículos no contaminantes e insta a los Ayuntamientos a crear infraestructuras para favorecer este tipo de transporte y reducir así el tráfico y la contaminación en las ciudades.
 
Rosa Martínez, diputada y coportavoz de Equo explica la propuesta en el convencimiento de que “lograr una movilidad sostenible no depende tanto de la innovación tecnológica, sino de la innovación política, institucional y los hábitos ciudadanos”, recordando que “el diseño de nuestras ciudades, la planificación del transporte público y nuestras decisiones personales son fundamentales ante reto de reducir la contaminación y las emisiones CO2 en el ámbito urbano”.
 
Juantxo López de Uralde, diputado y coportavoz de Equo, recuerda que “el coche devora ciudad: es la principal causa de contaminación atmosférica y reduce la calidad de vida de las personas en el centro de las ciudades, por eso la ciudad sostenible es incompatible con los actuales esquemas de movilidad que dan prioridad al coche” por lo que “son necesarios nuevos modelos basados en dar prioridad al transporte limpio y al peatón”.
 
Inés Sabanés, coportavoz de Equo Madrid y delegada del área de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, recuerda que la capital ya cuenta con una fiscalidad favorable para apoyar este tipo de transporte, ya que el equipo de gobierno está convencido de que “la reducción del tráfico privado y el uso de vehículos más limpios, como los eléctricos, son medidas esenciales para enfrentarnos a los retos de calidad del aire y de lucha contra la contaminación que tenemos en la mayoría de las ciudades”.
 
Triple objetivo
 
Esta medida tendría un triple objetivo: fomentar el transporte sostenible, reducir el tráfico y la contaminación en las ciudades.

Y además la petición va en línea con los objetivos de la Comisión Europea, que ha establecido dos ambiciosas metas respecto a la movilidad urbana: eliminar gradualmente los coches diésel de las ciudades de aquí a 2050 y realizar una transición hacia una logística urbana de emisiones cero en los principales centros urbanos de aquí a 2030.

Igualmente, destacan desde el partido verde que de implantarse “tendría un impacto positivo en la estimulación de los empleos verdes vinculados a la movilidad, desde el partido verde recuerdan que cerca de 655.000 personas trabajan en la economía relacionada con el ciclismo; una cifra mayor que las cifras de la minería con 615.000 o los 350.000 trabajadores en el sector del acero”.

Esto demuestra el acierto del eslogan de este año para la semana de la movilidad “Movilidad Inteligente. Economía Fuerte”, que destaca el impacto positivo que una movilidad inteligente puede tener sobre la economía, generando importantes beneficios monetarios y mejora en la calidad de vida de la sociedad, lo que reduciría el gasto sanitario.

Y es que Equo defiende esta petición ya que considera urgente promover “una movilidad sostenible, mediante el cambio del actual modelo, que genera tantos efectos negativos sobre la salud de las personas, la contaminación y congestión de las ciudades, la dependencia energética del petróleo y el consiguiente déficit de nuestra balanza de pagos”, para lo cual “es necesario el impulso de un cambio de modelo hacia modos de transporte público y no contaminante, fomentando el uso de vehículos compartidos”.

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