El expresidente del PP de Lugo y tres militantes de la formación, acusados de delito electoral por trasladar a siete ancianos de una residencia a un colegio con papeleta en mano para las elecciones gallegas de 2012. La sombra de la sospecha se ha colocado en el PP de Lugo. La jueza Sandra Piñeiro ha llamado a juicio a un exdirigente y tres militantes de la formación en la provincia gallega por delitos electorales. Como ha podido conocer eldiario.es, el auto de la magistrada sostiene, contra el criterio de la Fiscalía provincial, que siete ancianos con las facultades mentales “afectadas” fueron trasladados desde una residencia a un colegio electoral con papeleta en mano para votar por Alberto Nuñez-Feijóo en las elecciones gallegas de 2012.
La jueza Piñeiro relata en su instrucción que el expresidente del PP de Lugo, José Luis Iravedra, y tres militantes de su partido se dedicaron la mañana del 21 de octubre de 2012, día de las elecciones gallegas, a “carretar” residentes de un asilo de la ciudad, gestionado por las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, hasta el colegio electoral que les corresponde. Como relata eldiario.es, acompañarán a Iravedra al banquillo la exconcejal Teresa Taboada y los militantes del PP de Lugo Benigno Gómez y Serafín Rodríguez.
La investigación comenzó con una denuncia de Alternativa Galega de Esquerda (AGE) y que mantuvo Esquerda Unida como acusación popular. En ésta se ha dilucidado, según informes del Instituto de Medicina Legal de Galicia, que los ancianos trasladados “carecían de capacidad para comprender y decidir el sentido de su voto” a causa de “padecimientos” como “demencia senil” o el alzhéimer. Por su parte, la jueza ha acreditado que “todos” los residentes que fueron trasladados por los populares llegaron a votar y que sólo lo hicieron porque los trasladaron los miembros del PP, en quien aprecia “indicios racionales de criminalidad”.
Según el auto, los informes forenses también indican que los ancianos padecían problemas físicos y mentales. De hecho, una mujer de 88 años, en el momento de los hechos, presentaba “antecedentes de deterioro cognitivo”, era “dependiente” para realizar “actividades básicas” y sufría “alteraciones de memoria y cognitivas de rango importante”.
El relato de eldiario.es también detalla que el texto de la magistrada explica cómo otra anciana, ésta acompañada por Iravedra, estaba diagnosticada de Alzhéimer y de “demencia en estado moderado”. Otra tercera persona de 98 años -en 2012- presentaba evidente “desorientación» y “total dependencia” . Los informes médicos aseveran que, al menos, una de las personas no sufría demencia, sin embargo, “es analfabeta” y sufre “alteraciones de memoria” y una “capacidad de juicio crítico limitada”.
