Los socialistas defienden en su nuevo programa electoral que los ingresos extraordinarios de “eventuales privatizaciones de activos del Estado” vayan a parar “a amortizar deuda pública”. Pedro Sánchez ya ha lanzado una advertencia. Tal y como se aprecian en el programa electoral del PSOE para el 26-J, los socialistas mantienen un compromiso adoptado en el anterior texto con el que se presentaron al 20-D: “Los ingresos extraordinarios procedentes de eventuales privatizaciones de activos del Estado serán destinados íntegramente a amortizar deuda pública”.
Con esta frase, incluida en la página 229 en el apartado de “Estabilidad presupuestaria”, el PSOE asume como “hipótesis” para la nueva legislatura “una evolución macroeconómica que partiendo de la realizada por el Gobierno, incorpora las últimas correcciones del FMI y de los principales servicios de estudios del País”. Y para ello, proponen una serie de medidas donde se encuentran las “eventuales privatizaciones” aunque también se comprometen a “cumplir los compromisos de estabilidad presupuestaria acordados con la Unión Europea, haciendo el máximo uso de la flexibilidad que permiten las nuevas reglas europeas” o “aprobar reformas estructurales que ayuden a incrementar la capacidad de crecimiento de nuestra economía y su margen fiscal”.
En cuanto a las privatizaciones, el asunto fue algo que ya avanzó el responsable económico de los socialistas, Jordi Sevilla, en noviembre del año pasado antes de presentar el programa electoral: “No descartamos que la próxima legislatura, bajo un Gobierno socialista, podamos avanzar en privatizaciones. Y hasta ahí puedo leer”. Un avance que se convirtió en realidad en el texto y que mantiene seis meses después.
No obstante, no es la única mención que hace el PSOE en su documento electoral al mundo de las privatizaciones, aunque con una connotación distinta a la que aseguran en el apartado de “Estabilidad presupuestaria”. De hecho, en el análisis de la situación de la administración pública, la formación afirma que “las políticas de externalización y privatización han reducido la calidad y puesto en entredicho la equidad del sistema de bienestar”.
Una crítica a las privatizaciones del Partido Popular que ha incluido el PSOE por todo su programa electoral, donde sentencian que “mientras que otros países europeos” han protegido “en época de crisis” a la sanidad y a los servicios sociales, en España se ha acudido a “la privatización de servicios públicos y el retraso en la incorporación de tecnologías”. Unos movimientos que, a ojos de los socialistas, han mermado al Estado de Bienestar por lo que “el país necesita por tanto una nueva visión”. “Un impulso modernizador que lo adapte a estos nuevos tiempos”, apunta el partido.
Ahora bien, la formación, aparte de advertir de “privatizaciones eventuales”, ya ha puesto nombre y apellidos a la primera privatización que realizarían: la de Bankia. Una venta que “se llevará a cabo”, eso sí sin “malvender” a la entidad pública. Una externalización que el PSOE realizaría siempre “de acuerdo con las autoridades europeas, en el momento que permita recuperar todo o la mayor parte del valor invertido por el Estado”. Pero mientras llega esa venta, la organización apuesta por “apoyar la gestión dirigida a convertir a Bankia en un banco comercial ejemplar, de modo que su modelo de negocio y su gestión sea referencia para todas las entidades financieras españolas”.
A pesar de dejar abierta la puerta para futuras privatizaciones, el PSOE asegura en su programa electoral que existe una línea roja muy concreta en esta materia: “No se realizará ninguna privatización de empresa pública estatal u organismo público donde participe y tenga capacidad de decisión la Administración General del Estado o gestione derechos de agua”.
