Iglesias recuerda a Sánchez que tiene en sus manos el futuro de “la vieja socialdemocracia”

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Iglesias recuerda a Sánchez que tiene en sus manos el futuro de “la vieja socialdemocracia”

Pablo Iglesias, secretario general de Podemos

El líder de Podemos insiste en que el PSOE enfrenta una encrucijada tras el 26-J y avisa de cambios inexorables a pesar de la decisión de Sánchez. “Estoy convencido de que la vieja socialdemocracia, decida lo que decida tras el 26-J, seguirá siendo una fuerza política fundamental y un aliado necesario para nosotros”, escribe hoy en una tribuna en El País el líder de Podemos. Pablo Iglesias se sube al altavoz de la cabecera de Prisa para recordar al líder socialista, Pedro Sánchez, que se avecinan curvas.

“Su peso específico como alternativa de gobierno a los conservadores estará determinado por la decisión que tome ahora”, apuntala Iglesias, y advierte a Sánchez de que tras el 26-J “el PSOE puede sumarse al cambio y renovarse o anclarse al pasado y convertirse en una fuerza con mucho menos peso histórico a la hora de determinar el futuro de España”.

“Somos la alternativa”, titula Iglesias su aviso a navegantes socialistas, en la que insiste en un escenario polarizado tras las repetición de las elecciones generales: “Volverán seguramente a plantearse las dos opciones de gobierno que nosotros vemos hoy como posibles; la continuidad del PP al frente del Ejecutivo o un Gobierno con Unidos Podemos”.

Iglesias cree que Sánchez se verá en “el dilema de decidir con cuál de las dos opciones se compromete y corresponsabiliza”. No obstante, da el partido por jugado, y advierte al PSOE de que “en cualquiera de los dos casos, el cambio de sistema ya se habrá consolidado y será sólo una cuestión de tiempo el momento del cambio en el ejecutivo”.

Siguiendo la línea de argumentación de las últimas semanas, Iglesias insiste en que “la alternativa” que representa Unidos Podemos necesita a esa “vieja socialdemocracia” que en España lidera Sánchez, según su opinión: “Nuestro primer desafío es asumir que sólo podremos gobernar mediante una alianza, en España y en Europa, con la vieja socialdemocracia, en un contexto posterior a la Guerra Fría en el que las identidades políticas de la izquierda que se forjaron al calor del breve siglo XX (1917-1989) tienen problemas para reconocerse a sí mismas”.

“Ello implica la apertura de un debate de país, que debe incluir a sectores de la vieja socialdemocracia, en clave ideológica y geoestratégica, sobre qué tipo de políticas se podrían implementar desde un Estado y unas administraciones con enormes limitaciones soberanas y sobre qué papel queremos jugar con relación a Europa, Iberoamérica y el mundo”, añade.

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