15M: quinto aniversario de un movimiento que no quiere tener dueño

15M: quinto aniversario de un movimiento que no quiere tener dueño

Manifestación del 15M

El fenómeno de los ‘indignados’ se une hoy a la Nuit Debout parisina para recordar que muchas cosas siguen igual cinco años después y reivindicar la lucha social sin siglas políticas. “Dormíamos, despertamos” , se leerá en la placa que no ha llegado a tiempo a la Puerta del Sol en este quinto aniversario. Una impuntualidad simbólica, amargo recordatorio de la lentitud de los cambios y de las pocas recompensas que el país es capaz de darse a sí mismo. Pero con o sin grabado la realidad social del país no ha vuelto a ser la misma desde el 15M: el movimiento volvió a exigir la vuelta a la política a los españoles, pero les ofreció una vía de acción en la que no cabían dirigentes ni banqueros, en la que no bastaba con votar cada cuatro años y en la que era obligatorio empezar a buscar culpables y señalarles con el dedo ante los estragos de la crisis económica, los recortes y la corrupción.

El 15 de mayo de 2011 se abrió una puerta en el corazón de Madrid por la que muchos entraron, analizaron sus problemas y se reconocieron en los de miles de personas más. Y a falta de un relato que les tuviera en cuenta se sentaron en las plazas a construir uno propio. Meses después de aquel estallido replicado en todo el país, cientos de voces anónimas comenzaron a frenar desahucios, a paralizar privatizaciones, a personarse como demandantes en casos de corrupción, a organizar redes de ayuda o a fiscalizar a la clase política de forma organizada, exigiendo una verdadera rendición de cuentas y una “democracia real”.

En abril de 2011 la tasa de desempleo se asomaba al 22% de la población y rozaba el 44% entre los jóvenes. Además, se intensificó el éxodo de los titulados y cada vez más trabajadores comenzaron a recordar que eran pobres a pesar de contar con un empleo: “Violencia es cobrar 600 euros”, rezaba uno de los grandes lemas del movimiento, que respondía así a quienes le acusaban de ser un fenómeno “violento”.

Personas de todas las edades e ideología secundaron inicialmente el 15M, aunque los jóvenes protagonizaron la posterior creación de una red de asambleas y asociaciones en todo el país. Las proclamas de la Puerta del Sol fueron, en los años más duros de la crisis, la base de las protestas sectoriales en la educación, la sanidad, por la inversión pública en la ciencia: mareas de todos los colores que compartían denuncias alejadas por primera vez de siglas sindicales.

Y en 2014 el fenómeno aún reservaba el empuje que hizo nacer a los nuevos competidores del bipartidismo: el 15M no es Podemos, pero éste probablemente no habría surgido sin aquel, o al menos no del modo en que lo hizo. El crecimiento de Ciudadanos, aunque mucho más extraño a la órbita quincemayista, también se benefició de la búsqueda de alternativas impulsada desde las plazas.

Pero si hay un punto sobre el que el fenómeno de aquel 15 de mayo no ha dudado nunca, a pesar de su forma diversa y etérea, es la afirmación de que ningún agente político puede ni debe adueñarse de lo que ocurrió en la Puerta del Sol hace ahora cinco años. Hace apenas dos días, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y 15MpaRato, asociaciones nacidas al calor del fenómeno, hacían público un duro comunicado de advertencia a Podemos e IU en el que pedían a los dos partidos que respetasen la independencia del movimiento.

La llamada de atención llegaba tras el vídeo en el que Alberto Garzón y Pablo Iglesias anunciaban su candidatura conjunta el pasado lunes, grabado en la plaza emblema del 15 de mayo. Las dos plataformas rechazan que ningún partido intente apropiarse de los logros conseguidos por la ciudadana ni sus eslóganes para su campaña electoral. Además, recriminan a la ‘nueva política’ no haber aprendido nada de la ‘vieja’ reclamándoles que escuchen a sus bases y no vuelvan a la partitocracia de la que tanto desconfía la ciudadanía.

Nui Debout: globalización de las protestas

Después de inspirar al ‘Occupy Wall Street’, el 15M ha vuelto a verse reflejado en la Plaza de la República de París. La Nuit Debout francesa contesta desde hace semanas la reforma laboral ya aprobada por decreto desde el equipo del socialista François Hollande. Y lo hace en buena medida con formas del mayo español: bajo el intento de permanecer en las plazas, con la toma del espacio como vía para construir una comunidad organizada en la lucha social limpia de filiaciones políticas concretas.

Ambas plataformas han acordado una convocatoria internacional con numerosas actividades y eventos en más países del globo, y a las que de momento se han sumado más de 35 ciudades españolas. El calendario de talleres, reuniones, manifestaciones y encuentros comenzó hace ya una semana en algunas capitales, y se extiende hasta el final de mayo. Este domingo 15 tendrá lugar la manifestación más emblemática en Madrid, desde Cibeles a Sol, esta vez unida a la Nuit Debout.

El 15M quiere hoy soplar sus velas pero también recordar que muchas cosas siguen igual que hace cinco años: el movimiento parisino es hoy la mejor muestra de que los ‘indignados’ deben seguir estándolo. Salen hoy a las plazas para recordar que los motivos de un movimiento para todos y que no es de nadie permanecen prácticamente intactos.

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