Aterrizan en España los tres periodistas liberados en Siria tras 10 meses de secuestro

Periodistas liberados

Aterrizan en España los tres periodistas liberados en Siria tras 10 meses de secuestro

Ciudad de Alepo tras un bombardeo

Fueron secuestrados por el Frente Al Nusra, la filial de Al Qaeda en Siria. Los periodistas han recibido un trato favorable de sus captores, según las primeras informaciones. En esta mañana de domingo han llegado a la base aérea de Torrejón de Ardoz los tres periodistas españoles Antonio Pampliega, José Manuel López y Ángel Sastre, secuestrados en Siria desde julio del año pasado, según ha informado el Gobierno.

La noticia de la liberación se conoció a última hora de la tarde del sábado, cuando los tres reporteros se encontraban ya a salvo en Turquía, informaron fuentes del entorno de los tres periodistas.

Un avión Falcon 900 de la Fuerza Aérea Española despegó de la base de Torrejón para traer de vuelta a los periodistas, según informa Europa Press a través de fuentes del Ministerio de Defensa.

Los periodistas españoles Pampliega y Sastre y el fotoperiodista José Manuel López desaparecieron en la ciudad de Alepo (Siria) el 12 de julio de 2015. Los tres trabajan como freelance para diversos medios.

Capturados por el Frente Al Nusra, la filial de Al Qaeda en Siria, han pasado buena parte de su cautiverio juntos en una casa en Alepo, ciudad en la que antes de su secuestro se disponían a hacer un reportaje, aunque también les han ido moviendo por otras zonas del país, según el mismo medio.

Su guía, el sirio Usama Ajjan, al que ya conocían de viajes anteriores, colgó en las redes sociales varias fotos con sus «amigos españoles» nada más pisar suelo sirio, lo que inconscientemente pudo alertar a sus captores de la presencia de los tres periodistas en el país. De hecho, Ajjan fue capturado junto a los tres españoles, pero en su caso le soltaron unos 20 días después.

El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) les ha tenido localizados y exigió a sus secuestradores que les ofreciese lo que se denomina «pruebas de vida», es decir, garantías de que los rehenes estaban vivos cuando los servicios secretos no podían comprobar este extremo directamente. Estas «pruebas de vida» han consistido en preguntas formuladas por los amigos o familiares de los periodistas cuya respuesta solo podían contestar correctamente los rehenes.

Durante el secuestro, los tres reporteros han recibido un trato razonable por sus captores, que incluso les han permitido ver el fútbol por televisión e intercambiar cartas con sus allegados.

Más información