Más de 10.500 personas han rellenado la encuesta con la que el Ayuntamiento de Madrid pretende recabar opiniones sobre la eventual remodelación del emblemático espacio de la capital. “Aún más tráfico la haría muy incómoda”; “que se convierta en una plaza de cementazo”; “si se crea una plaza pavimentada sin zonas verdes. En Madrid cada día se hacen más”. Son las tres respuestas más valoradas a la pregunta “¿Qué nuevos usos o enfoques de la Plaza te expulsarían de la zona?”, en la encuesta que el Ayuntamiento ha propuesto para saber qué opinan los madrileños sobre una eventual reforma de la Plaza de España en www.decide.madrid.es.
Hay máximas que comparten buena parte de las 10.500 opiniones que ya ha recibido el sondeo: menos cemento, más zonas verdes, menos tráfico, algunas terrazas pero no demasiadas y apostar por un espacio en el que poder “estar” y no sólo “pasar”.
El cuestionario ideado por el equipo de Participación Ciudadana del Ayuntamiento incluye una quincena de preguntas con respuesta cerrada, la primera de las cuales es: “¿Crees necesaria una remodelación de la Plaza de España?”. Las siguientes indagan sobre el tipo de reforma posible: peatonalización de zonas, reutilización de elementos, conexión de la plaza con otros elementos del entorno o usos del espacio, entre otros.
Pero al final del cuestionario se incluyen otras dos preguntas que el usuario debe rellenar con sus propias palabras y que después puede ser valorada positiva o negativamente por otras personas. Además de preguntar al ciudadano qué usos del espacio le expulsarían de visitarlo, la última cuestión es: “¿Qué servicios, actividades o usos crees que faltan o piensas que sobran?”. De nuevo, las respuestas más valoradas se refieren al tráfico y a la utilización amable de la plaza: “Sobra tráfico, humos y ruidos”; “faltan baños públicos”; “ha de ser un espacio abierto a la ciudadanía en el que la gente se sienta bien, un oasis en el corazón de Madrid”, se lee en las tres respuestas más valoradas a la última cuestión.
Pero hay más claves: muchos usuarios están de acuerdo en que “dar un uso excesivamente comercial” expulsaría a los madrileños del entorno de la Gran Vía, el Parque del Oeste y el inicio del Barrio de Conde Duque. “Es bueno y necesario que haya hostelería y hoteles cerca, pero que no invadan en exceso la plaza”. Otras opiniones recurren a otras zonas para contraponer lo que esperan de la ‘nueva’ Plaza de España y critican que Madrid ya tiene bastante cemento o que otras zonas emblemáticas, como la Plaza Mayor, ya están suficientemente enfocadas al turismo, y no a los madrileños.
Muchas de las respuestas echan en falta usos”culturales, fuentes de agua, sombra, más césped”. “Que sea un pequeño oasis entre esa zona tan gris, concurrida y llena de cemento” se lee en otra de las respuestas más votadas. “Siempre lo uso ‘para pasar’, nunca me quedo ni la disfruto, por excesivo tráfico”, apunta otro usuario valorado.
El consistorio recuerda que la encuesta estará abierta hasta el 8 de marzo y que es una votación “vinculante, de manera que se hará lo que la ciudadanía decida con ese céntrico espacio de la ciudad”.
“Todas las personas mayores de 16 años residentes en Madrid están invitadas desde entonces a pensar y contar qué debe pasar con la plaza. Además de la participación vía internet, el cuestionario en formato papel puede entregarse en cualquier registro municipal”, recuerda el equipo de Ahora Madrid.
Sin embargo, la encuesta no es ni mucho menos el fin del proceso para decidir qué se hará en la céntrica plaza: los resultados, en caso de que mayoritariamente se opte por la remodelación de la plaza, servirán para dar forma final al concurso de ideas y elegir dos proyectos finalistas. Una vez elegidos esos dos proyectos, se abrirá una nueva tanda de participación para votar por uno de ellos. Los proyectos serán valorados por un jurado de expertos en el que el voto ciudadano tendrá uno de los asientos. Según el consistorio, es de esperar que ese jurado alcance un acuerdo junto a los votos ciudadanos, puesto que persigue una reforma de gran consenso, según sostenía Pablo Soto, concejal de Participación, al presentar el proyecto.
