Denuncian que el Ayuntamiento de Miraflores de la Sierra permite esta actividad en una zona protegida a pesar de la Consejería de Medio Ambiente ordenó su suspensión. Ecologistas en Acción denunciará ante la Fiscalía de Medio Ambiente que una empresa organiza prácticas de paintball en una finca situada dentro del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares y en la zona periférica de protección del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, a pesar de que la Consejería de Medio Ambiente ordenó la suspensión de la actividad.
Ecologistas en Acción explica en un comunicado en su web que junto a la asociación vecinal Entrecañadas de Miraflores de la Sierra llevan cinco años denunciando los” juegos de guerra” que se realizan, sin autorización ambiental, en La Berrocosa, una finca privada incluida en el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares. Quejándose de que “aunque la Consejería de Medio Ambiente ordenó la suspensión de la actividad, el ayuntamiento la permite bajo el eufemismo de actividad educativo-cultural” por lo que advierten que “de persistir esta situación, los hechos se pondrán en conocimiento de la Fiscalía de Medio Ambiente por si hubiera responsabilidad penal por parte de los responsables municipales y del promotor”.
Denuncia la ONG que los vecinos y visitantes cuando se acercan a la finca tienen que soportar lo que califican como “juegos de guerra” y explican que lo que ven son “vehículos estacionados en caminos públicos y vías pecuarias, basura, ruidos que simulan disparos de ametralladoras, insultos y arengas bélicas”, una situación que consideran no debería producirse en una “zona dedicada tradicionalmente a la ganadería, incluida en zona B1 (Parque Comarcal Agropecuario Protector) del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares (PRCAM) y en la zona periférica de protección del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.” Precisando que la finca se sitúa a menos de un kilómetro del parque nacional y a cuatro de La Cristalera, el centro de formación y difusión de este espacio protegido.
Explican que “todo empezó en 2011, cuando la empresa Shootball Madrid S.L. alquiló la finca e implantó una actividad de paintball, un juego de simulación de combate en el que varios equipos se enfrentan utilizando armas de aire comprimido (marcadoras) que lanzan pelotas rellenas de pintura”
Señalan que “tras denuncias de la asociación Entrecañadas y el Cuerpo de Agentes Forestales, la Consejería de Medio Ambiente, en 2014, suspendió la actividad y en 2015 multó con 24.000 euros a sus promotores” pero que a pesar de esa suspensión, la empresa no cesó su actividad” limitándose a sustituir “las marcadoras por armas láser que no lanzan pelotas de pintura, pero emiten los mismos sonidos de simulación de una contienda bélica”.
Según Ecologistas, al continuar las denuncias, la Consejería de Medio Ambiente ha mantenido la suspensión de la actividad y además ha obligado al promotor a someterse a un proceso de evaluación ambiental para determinar si la actividad es autorizable en el PRCAM, destacando la organización ecologista que “en estas circunstancias, la Ley de Evaluación Ambiental es clara: en tanto no se cuente con el informe ambiental favorable correspondiente, no puede desarrollarse ninguna actividad. Por tanto, de momento, no deberían permitirse los juegos de guerra”.
Sin embargo, la empresa cuenta con las licencias concedidas por el Ayuntamiento de Miraflores de la Sierra para el desarrollo de actividades educativas y culturales. Estas licencias se concedieron en 2011 y 2013, sin ajustarse a la Ley de Evaluación Ambiental porque se emitieron sin contar con el informe previo ambiental. Por ello podrían ser nulas.
Ecologistas en Acción asegurar haber puesto estos hechos en conocimiento del Ayuntamiento de Miraflores de la Sierra en dos ocasiones, “sin que hasta la fecha haya tomado ninguna medida. Al contrario sigue permitiendo el desarrollo de una actividad ajena a los usos permitidos en el PRCAM, camuflándolas de actividades educativo-culturales”. Y se quejan de que la policía municipal, dependiente del alcalde, no haga acto de presencia a pesar de las denuncias.
