Acabar con el pensamiento neoliberal es el otro objetivo que se ha marcado el candidato en su acto central en Madrid: “Nos han convencido que rescatar la sanidad, la educación o los desahuciados no se puede: es cosa de rojos”. Discurso intenso con nombres y apellidos con la pedagogía como puntal, esa ha sido la apuesta de Alberto Garzón para captar el voto de los indecisos a cinco días del llamamiento a las urnas. Con Florentino Pérez como espejo de la oligarquía a la que decir ‘no’, el candidato ha apuntado y disparado para marcar las distancias con el PP y pedir así el voto por Izquierda Unida-Unidad Popular.
“No solo se trata de luchar contra los gobernantes que nos han saqueado sino de acabar con la oligarquía que está detrás y que toma las decisiones de nuestra vida. Si en estos cuatro años hubiéramos sustituido a Florentino Pérez por Rajoy nos habríamos ahorrado un intermediario y nos habría salido más barato”, ha apuntado.
Con un teatro de La Latina repleto y bajo la atenta -pero cariñosa- mirada de Josefina Samper, viuda del sindicalista y fundador de CCOO, Marcelino Camacho, el político malagueño se ha lanzado en su acto central en Madrid a por una de sus últimas balas. En una nueva sociedad donde la cultura marque el paso, Garzón ha apelado a un cambio de pensamiento y a la “izquierda incómoda” para ese nuevo país que propone su candidatura: “Queremos una nueva constitución donde se prohíban las privatizaciones y que se blinden los derechos sociales fundamentales”, ha espetado el economista.
Ironizando sobre el sentir neoliberal, el candidato ha querido mostrar que “en esta crisis nos han querido colonizar nuestra forma de pensar” ya que “a día de hoy nos han convencido que rescatar la sanidad, la educación o los desahuciados no se puede: es cosa de rojos. En cambio, rescatar aeropuertos, autopistas, a la banca, a los amigotes del poder sí se puede”.
La utopía es el otro punto de mira que ha querido derribar Alberto Garzón en su mitin. Y para ello ha puesto como ejemplo su entrevista con la periodista Ana Pastor: “Me cuestionaba la propuesta de trabajo garantizado y nos decía que no cuadraba y esto viene porque nos han dicho que no cuadra. Que pregunten a la gente que sufre la crisis que los de Unidad Popular vamos a crear un millón y medio de trabajo por 15.000 millones; la mayoría os van a tildar de rojos, que es una utopía. No es un problema económico, es un problema político y si no miren los 60.000 millones que costó rescatar a los bancos y por eso es importante la cultura, la pedagogía, la curiosidad por aprender”, ha sentenciado.
Y por ello, para acabar con eso que ha criticado, ve intolerable que el Partido Popular siga en el poder. Garzón entiende que desde el centro, al que, como ha afirmado “es curioso porque ahora todos los partidos van corriendo juntitos”, no se puede luchar contra el modelo económico que defiende un Juan Rosell, “que ya no le molestaba el debate a cuatro porque no se cuestionaba ese modelo”, y que choca con lo que “hemos luchado en estos últimos cuatro años reclamando que no somos mercancías”.
