La Comunidad de Madrid no acudió a la mesa de debate sobre el proyecto urbanístico porque asegura no tener competencias sobre el proyecto. La Mesa Política sobre la Operación Chamartín celebrada ayer por el Ayuntamiento de la capital no ha contado con la presencia de todos los invitados: aunque se convocó a representantes de la administración regional y del Ministerio de Fomento, los primeros no acudieron a la cita. Según fuentes de la Consejería de Territorio y Medio Ambiente consultadas por este medio “esa era una reunión en la que el Ayuntamiento quería recibir a los vecinos”.
Sin embargo, el encuentro de trabajo se ha denominado “mesa política”, y el Ministerio de Fomento sí estuvo presente. La Comunidad niega la necesidad de acudir a la mesa por no tener “competencias” sobre el proyecto urbanístico para reconstruir la zona norte de Madrid. Sin embargo, fue una de las tres administraciones que firmó el acuerdo con BBVA, entidad promotora del proyecto al poseer el 75% de la empresa Madrid Castellana Norte, el pasado mes de enero. Se sumaba así al principal responsable, el consistorio, y al Ministerio de Fomento, propietario de parte de los terrenos en liza.
Además, la Comunidad de Madrid niega que Fomento haya acudido al encuentro. La comunicación no debe ser muy fluida entre ambas administraciones dependientes del PP: el Ayuntamiento confirma a este medio que se recibió «correo de ADIF (el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias dependiente de Fomento) por el que nos comunicaban que asistiría Julio Cintora León y José Luis Semprum, como así fue». El consistorio se refiere al subdirector de Urbanismo y subdirector de comunicación de ADIF, respectivamente.
Por el contrario, el equipo de Manuela Carmena invitó por correo electrónico y por teléfono a Jaime González Taboada, consejero de Medio Ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio,y a Pedro Manuel Rollán Ojeda, consejero de Transportes «sin que hayamos tenido contestación al respecto y quedando sus sitios vacantes en la Mesa de Debate Castellana Norte el día de su celebración», confirma el Gobierno municipal.
La denominada Operación Chamartín es un proyecto heredado del Gobierno municipal de Ana Botella que pretende remodelar el norte de Madrid, una zona degradada por las barreras que suponen las vías ferroviarias. Sin embargo el plan proviene de mucho más atrás: desde hace dos décadas se busca una forma de prolongar en 3,7 kilómetros el paseo de La Castellana, principal arteria de Madrid, lo que afecta a más de tres millones de metros cuadrados al norte de la capital.
Marcha atrás de Carmena
A pesar de que una de las promesas electorales de Ahora Madrid preveía detener los macroproyectos urbanísticos «especulativos» que Botella dejó abiertos, la concejalía de Urbanismo plantea ahora desbloquear la Operación Chamartín, uno de los que figuraba en aquella lista del derroche. Sin embargo, reclama “un proyecto sostenible donde haya un correcto equilibrio entre infraestructuras, edificabilidad y costes”.
En ese sentido, el Ayuntamiento propone que la operación siga adelante, pero no “en los términos planteados”. José Manuel Calvo considera «evidente que el norte de la ciudad de Madrid exige una solución», por lo que entiende necesario dimensionar su impacto y su temporalización. El concejal quiere menos edificios, pese a que el director de la empresa Distrito Castellana Norte, Antonio Béjar , ha recordado que “la edificabilidad” es una de las bases del proyecto y que fue el propio Ayuntamiento el que lo planeó. Además, pide rapidez en los plazos porque se han superado los 20 años de debates sobre el proyecto, ha recordado el empresario.
Desde el consistorio insisten en que más edificios y más construcción no se traducen en más empleo o riqueza, y pone como ejemplos “el Campus de la Justicia o las Torres del Real Madrid, que a día de hoy están ocupadas solo al 30%”.
Tras esta primera mesa, y de manera inminente, se convocarán sesiones en grupos de trabajo en las que se debatirán aspectos monográficos relacionados con la movilidad, el medio ambiente, y la ordenación urbanística. Las propuestas serán estudiadas para su posible incorporación en el diseño del ámbito, con el objetivo de presentar las conclusiones de los distintos debates durante los primeros meses de 2016, informa el consistorio. El proyecto necesita que la luz verde llegue antes del próximo verano, puesto que el acuerdo firmado con el BBVA expira en diciembre de 2016.
