Rajoy se enfrenta a un importante reto: confeccionar unas candidaturas renovadas, sin dar de lado a los más veteranos, y que no esté salpicada por la corrupción. El debate sobre las listas abiertas y las primarias vuelve a llamar a la puerta del PP. Y lo hace a dos meses para unas elecciones generales en las que, a tenor de las encuestas, cada escaño valdrá su peso en oro. Nadie quiere quedarse fuera, y menos aún la ‘vieja guardia’ del partido que teme que las candidaturas de renovación que estaría preparando Mariano Rajoy para hacer frente al ‘efecto Ciudadanos’ les arrastre cual tsunami.
A mediados de noviembre, en apenas mes y medio, Génova tiene que tener cerradas las listas que presentará a la cita en las urnas del 20 de diciembre. Unas candidaturas con las que Rajoy ‘venderá’ renovación. Algo que ha desatado los primeros temores en las filas populares. En especial, entre los más veteranos que temen un ‘puñetazo en la mesa’.
Y es que actualmente la dirección nacional del PP hace y deshace las listas a su antojo. El Comité Electoral Nacional, según los estatutos, es el único competente para confeccionar las candidaturas. “Me temo que será como siempre, para qué le voy a engañar”, reconoció hace unos días la presidenta de los populares de Madrid, Esperanza Aguirre, preguntada por si las listas por la región para el Congreso y el Senado se harán ‘a dedo’.
La ‘lideresa’ madrileña no es la única que piensa así. Son muchos los que en las filas populares no entienden por qué Génova continúa actuando de esta manera, dando munición a PSOE, Ciudadanos o Podemos para atacar al partido.
Esta misma semana el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, reclamó a la dirección nacional incluir en el programa para las generales el tema de las listas abiertas, primarias internas para elegir candidatos y reducción de los gastos electorales.
A la espera de ver si estas reclamaciones son tenidas en cuenta por Génova, Rajoy tiene que resolver qué hacer con dirigentes de la talla de Ana Mato, Javier Arenas, Celia Villalobos o Alicia Sánchez-Camacho. La presencia de estos populares en las listas chocaría con la pretendida renovación que quiere vender el presidente del Gobierno, así como, en el caso de la exministra de Sanidad, con su lucha contra la corrupción.
Lo único que parece estar claro es que ni el ministro de Economía, Luis de Guindos, ni el titular de Defensa, Pedro Morenés, formarán parte de la ‘papeleta’ del PP a la cita en las urnas del 20 de diciembre.
Quién sí ha mostrado su disposición a ir en las listas ha sido José Manuel García-Margallo. El responsable de Exteriores ha señalado que si Rajoy “considera que los reservistas todavía podemos tener algún papel, estaré dispuesto”. A pesar de admitir que tiene “ya una edad”, que sus “ambiciones están perfectamente cubiertas” y que “probablemente haya llegado el tiempo de dejar paso a nuevas generaciones”, Margallo ha insistido en que está “a disposición del presidente”.
¿Cospedal o Soraya?
A todo esto hay que sumar la ‘guerra’ que mantienen la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, por ser la número dos en la lista del partido en Madrid. Las dos quieren ‘escoltar’ a Mariano Rajoy en la ‘papeleta’ electoral, ya que ocupar ese puesto podría significar, en clave interna, ser la candidata a la sucesión.
Por el momento, según apuntan fuentes populares, en esta batalla tiene ventaja Santamaría.
