El juez del caso reconoce que “la seguridad de la vía podía ser mejor”, pero la falta de esta no constituye un delito. El maquinista del tren Alvia que descarriló en Santiago, Francisco José Garzón Amo, será el único imputado por este accidente del 24 de julio de 2013 que acabó con la vida de 79 personas. A los cargos de ADIF y los representantes políticos no se les acusa de ningún delito.
Así lo ha anunciado este miércoles el juez de que lleva el caso, Andrés Lago, cerrando así la instrucción del caso a la espera de que se presenten los posibles recursos. “Es evidente que la seguridad de la vía podía ser mejor”, ha explicado el juez, añadiendo que los responsables de que la seguridad no fuera mejor y no estuviera implantado el sistema ERTMN no han incurrido en ningún delito.
“La ausencia de tal sistema y las motivaciones que llevaron a su desactivación no pueden ser objeto de depuración en el ámbito penitenciario, sin perjuicio de las responsabilidades, de otra índole, a que pudieren dar lugar”, ha señalado en el auto, exculpando así a 12 directivos de la compañía y a otros 27 cargos y técnicos relacionados con el caso.
El auto está basado en los informes de tres peritos, y concluye que dos de ellos están de acuerdo en “descartar en la génesis del accidente más contribución causal que la que deriva del exceso de velocidad con la que el tren entró en la curva, siendo esa la única causa del siniestro”. El tercer informe culpaba del accidente también a ADIF, por considerar que era su obligación hacer instalado el sistema ERTMS.
“Si aceptamos que todas las posibles causas poseen idéntica equivalencia a la hora de fundamentar imputaciones penitenciarias, entonces la intervención penitenciaria se haría extensiva a prácticamente todos los posibles supuestos”, ha explicado el juez. Por lo que la “causa directa, inmediata y que decididamente desencadenó el desgraciado accidente que tuvo lugar el pasado 24 de julio de 2013 fue el exceso de velocidad”, ha concluido.
