El futuro de Cataluña se llena de incógnitas: ¿Quién gobernará y cómo?

Elecciones Cataluña

El futuro de Cataluña se llena de incógnitas: ¿Quién gobernará y cómo?

    Manifestación independentista

    La CUP, el partido con representación que ha obtenido el menor número de votos, tiene la llave. La independencia gana las elecciones pero no el plebiscito. Pero tras este titular hay un sinfín de interpretaciones que cada partido acoplará a su gusto. Lo que es indudable es que en Cataluña pasa algo. Y el presidente del Gobierno debería saberlo.

    Existe una mayoría en escaños, pero no en votos, de las fuerzas independentistas. Este es el primer punto de discordia, pues en unas elecciones parlamentarias lo que importa son los escaños, y en unas plebiscitarias el voto. Sin embargo, uno ya no sabe qué han sido estas elecciones, y es posible que las fuerzas políticas aprovechando el desconcierto se agarren al dato que más les interese. Será un acierto estratégico para algunos, pero un error sociológico para todos.

    El 48% de la población catalana quiere ser un Estado independiente. Y más del 70% (sumando a PSC y Podemos+ICV) es favorable, de alguna forma, a una consulta popular sobre el derecho a decidir. Eso no debe ser ignorado por el Gobierno central. Como tampoco debe ser obviado por el Gobierno catalán que el 48% de los catalanes hayan votado a partidos que no quieren la independencia.

    La “hoja de ruta” planteada por Junts pel Si, que determina la independencia de Cataluña en un margen de 18 meses, podría estar por lo tanto en el aire. Dependiendo de la actitud de la CUP, quien exigía para su consecución una mayoría absoluta en votos y escaños, y que no fuera Artur Mas el President.

    Una de las “sorpresas” de la noche ha correspondido a Ciudadanos. El partido toma la oposición convirtiéndose en el segundo partido más votado. Debe darle las gracias a Inés Arrimadas, pero sobre todo al Partido Popular, que aunque haya conseguido 11 escaños no se ha presentado a las elecciones catalanas.

    La presencia de las elecciones generales a la vuelta de la esquina ha determinado la forma de enfocar la campaña de los partidos “nacionales”. Lo que para algunos era la ruptura de España para otros era una oportunidad de tender puentes y flexibilizar la relación entre España y Cataluña.

    Sin embargo, los resultados han dejado claro que la polarización de la campaña ha beneficiado a los primeros y perjudicado a los segundos. Quienes se han posicionado claramente han encontrado réditos. Menos el PP. Los de la “tercera vía”, por su parte, han pecado de grises en un marco que pedía blancos y negros. Aun así, el PSC aprueba mientras Catalunya Sí Que Es Pot suspende.

    Los resultados antojan ahora un futuro incierto. Es previsible que hasta que lleguen las elecciones generales todo se mantenga como hasta ahora. A partir de ese día, se decidirá lo que hoy ha sucedido.

    Junts Pel Si (62 escaños)

    Son los ganadores de unas elecciones que han organizado. Sin embargo, no han conseguido el trofeo mayor de su discurso, la mayoría absoluta en escaños y votos. No es un asunto baladí, ya que el desafío secesionista pierde bastante legitimidad cuando no representa a más del 50% de la población.

    La coalición ha vencido en todas las provincias consiguiendo disfrazar en una bandera estelada las políticas de recortes impulsadas por Artur Mas, que no tiene tan claro que vaya a ser President. Depende de las CUP, y en su primer discurso parece que les ha pedido “sopitas”: “Es el momento de la cohesión”, ha dicho Mas.

    La CUP decidirá (10 escaños)

    Los últimos serán los primeros. El partido independentista de izquierdas consigue multiplicar sus resultados y su influencia a pesar de ser el que menos votos tiene de los partidos con representación. Pasa de ser un partido incisivo a uno decisivo. Sus pareceres marcarán gran parte del camino de Cataluña y el de Artur Mas.

    Hasta ahora han asegurado, por un lado, que no votarán a favor del expresidente, aunque de ellos dependa la mayoría absoluta de los independentistas. Consideran a Oriol Junqueras —líder de ERC— o a Raül Romeva más apropiados para ese puesto. Por otro lado, han aclarado más de una vez que sólo la mayoría de escaños y votos daría legitimidad total al proceso secesionista unilateral.

    El partido con representación y menos votos tiene la llave

    Si dentro de Junts pel Sí, Convergencia es un partido de centro derecha, cuyos valores económicos y políticos distan mucho de los que defiende ERC, la diferencia es más patente si se mide con la CUP, una fuerza antisistema que rechaza la permanencia en la Unión Europea y defiende el impago de la deuda.

    Las relaciones entre la Generalitat y este partido han sido de todo menos cordiales estos últimos años. De ahí que muchos adviertan de que el acuerdo no será tan fácil. Y es que, la Candidatura de Unidad Popular de Antonio Baños ha mostrado durante toda la campaña sus recelos a investir a Mas.

    “Sorpasso” en la derecha. Llega Ciudadanos (C´s : 25 escaños / PP: 10 escaños)

    El partido liderado en Cataluña por Inés Arrimadas es la primera fuerza de la oposición. Ha adelantado sin previo aviso al PP, y a todos los demás, que faltos de energía no han hecho nada por evitarlo. Se ha convertido de esta forma en la alternativa, y lo ha hecho sin la presencia de Albert Rivera, lo que hace un mes hubiese parecido una quimera.

    Sin embargo, Inés Arrimadas ha ejecutado una muy buena campaña, encontrando su lugar, y sobre todo, su público. Es cierto que los resultados de Ciudadanos en Cataluña no deben extrapolarse más allá de la región. Este es su lugar de nacimiento, y tiene por ello una estructura y unas bases que trabajan desde hace tiempo por su consolidación. Además, no siempre se va a encontrar con la incomparecencia del “rival”. Porque el Partido Popular, su principal caladero, ha hecho lo que ha hecho.

    El partido liderado por Xavier García Albiol no es que haya hecho una mala campaña. Simplemente la ha realizado mirando hacia Madrid, o hacia la derecha más diestra. Los mítines en castellano, cosa novedosa incluso para el PP de Cataluña, son buena muestra de que han querido erigirse como los únicos garantistas de la unión de España. Y no ha calado. Su apuesta de que nada cambie y una nefasta última semana de campaña, con los deslices de Mariano Rajoy, han clarificado la mente a los indecisos de derecha, que han votado de color naranja.

    Mariano Rajoy debe entender el mensaje. Está obligado a actuar, y dialogar. Como líder del PP. Y como líder del Gobierno.

    PSC y Podemos: No hay camino en la tercera vía (PSC: 16 / CSQEP: 11)

    La polarizada y radical campaña ha desubicado a los dos partidos que no representaban claramente ninguno de los dos lados. Si Junts pel Si y la CUP representaban el “si”, y Ciudadanos y PP el “no”, el PSC y Catalunya Si Que Es Pot encarnaban el “no sé”.

    Han sido los abanderados de la singularidad de Cataluña, pero dentro de España. Y eso, en unas elecciones “plebiscitarias”, no ha convencido. No ha seducido.

    De todos modos, la lectura no debe ser igual para ambos partidos. Mientras que el PSC ha salvado muy decentemente los muebles, y evitado el sorpasso de Podemos gracias a una muy buena campaña de Miquel Iceta, la coalición de izquierdas no independentista nada tiene que celebrar. A menos que se basten con decir que eran un partido nuevo y sin representación previa. Cosa que no será del todo cierta, pues en la coalición se encuentra ICV, que ocupaba 13 escaños hasta ahora.

    La coalición donde estaba representado Podemos no ha sabido transmitir en Cataluña la ilusión que sí consiguió radiar en las elecciones municipales. En Cataluña ese mensaje ilusionante le ha pertenecido a otras formaciones. De hecho, es probable que la unión izquierdista en nada haya mejorado a ICV.

    Este mal resultado de Podemos, teniendo en cuenta las altas expectativas que había, suponen un duro golpe de cara a las elecciones de diciembre. Por el contrario, el PSOE salva otro “match ball”, como en Andalucía. Esta vez se lo debe a Miquel Iceta.

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