Intelectuales firman un manifiesto para salvar la Sanidad pública

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Intelectuales firman un manifiesto para salvar la Sanidad pública

Alfonso Alonso, ministro de Sanidad

Advierten que este servicio “pierde progresivamente calidad” y dicen que “en pocos años quedará degradada a un servicio de beneficencia, una medicina para pobres”. Un grupo de intelectuales de toda condición (filósofos, economistas, historiadores y médicos) han firmado un manifiesto en el que dan algunas claves para “salvar” la Sanidad pública de la situación en la que se encuentra. En el texto, piden a todos los partidos que “reconsideren” la renovación del sistema como una “exigencia moral apremiante” y que emprendan una reforma capaz de mejorarlo.

El texto, que publica El País, aparece firmado por los filósofos Victoria Camps, Adela Cortina y Fernando Savater; por los historiadores Antonio Elorza y Santos Juliá; por los escritores Javier Marías y Vicente Verdú; por el histórico sindicalista Nicolás Redondo Urbieta; el economista Enrique Costas Lombardía; la abogada Mercedes Fernández; y los médicos Juan Gérvas, Javier Rey del Castillo y Cayetano Rodríguez Escudero.

En él, además de las revindicaciones ya comentadas, los intelectuales instan también a los partidos a “impedir las desigualdades territoriales” y a hacer “financieramente viable” el sistema para que esté “preparado para afrontar los compromisos de hoy y los nuevos que sin remedio van a llegar”.

Asimismo, piden a todas las organizaciones o asociaciones de profesionales sanitarios (colegios provinciales, consejos generales, sociedades científicas, escuelas e institutos de estudios, etcétera), sindicatos, organizaciones de consumidores y entidades culturales próximas a la sanidad que “reiteren y apoyen nuestra demanda con la mayor publicidad posible” para que la mejora de la Sanidad pública se convierta en una realidad.

Según denuncian, este servicio sufre desde hace años un “continuo deterioro” que los recientes recortes “indiscriminados” derivados de la crisis económica han acentuado y acelerado. Es por ello que alertan de la delicada situación del sistema e instan a renovarlo porque hoy en día “la Sanidad pública pierde progresivamente calidad” y si no se pone remedio “en pocos años quedará degradada a un servicio de beneficencia, una medicina para pobres”.

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