Un informe de la Cámara de Cuentas evidencia el recorte en el presupuesto destinado a los gastos de personal del SERMAS. Los dos primeros años de legislatura del PP en la Comunidad de Madrid fueron ‘fatales’ para la Sanidad pública, que perdió uno de cada cinco trabajadores entre 2011 y 2013. Así lo revela un informe de la Cámara de Cuentas, en el que se pone de manifiesto el recorte presupuestario del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) en el capítulo destinado a los gastos de personal.
Concretamente, según el mencionado informe del que se ha hecho eco El País, la disminución del personal sanitario en los centros públicos de la región es muy significativa. Sobre todo porque entre 2012 y 2013 se pasó de 95.371 trabajadores a 86.235, es decir, una disminución del 10%. A ello hay que sumar los datos correspondientes al ejercicio anterior, de modo que en los dos primeros años de la presente legislatura el SERMAS perdió uno de cada cinco efectivos.
Y así queja reflejado en el capítulo destinado a los gastos de personal. Según la Cámara de Cuentas, este apartado representa el 40% del total del presupuesto sanitario, y ha venido sufriendo una reducción interanual del 3%, lo que ha influido directamente en las plantillas.
Unas plantillas que se distribuyen de la siguiente forma: el 79% del personal corresponde a los Centros Hospitalarios, el 17% a Atención Primaria, el 3% a SUMMA 112, y un 1% a los Servicios Centrales. Y dentro de los Servicios Centrales la mayor parte del personal (62%) es personal funcionario y otro 32% personal laboral, mientras que por el contrario en el resto de centros el personal es predominantemente personal estatutario.
Asimismo, dice el organismo, el análisis de las cuentas de la Comunidad de Madrid permite constatar que en 2013 el Gobierno autonómico gastó menos que el año anterior en Sanidad, concretamente un 5% menos, ya que el gasto presupuestario fue de 7.241 millones de euros.
Se trata de la primera vez que la Cámara de Cuentas examina las cuentas del SERMAS, ya que hasta 2012 el presupuesto sanitario no se fiscalizaba públicamente, por lo que no se podría saber si se ejecutaba o no el presupuesto inicial o cuál era el número real de trabajadores.
