Emilio Lora-Tamayo admite: “no somos competitivos” cuando “encima de la mesa Aparece un cheque con varias cifras”. El presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Emilio Lora-Tamayo, estuvo en RNE con motivo del 75 cumpleaños del CSIC, que tiene hoy un acto central con el Rey.
Asegura Lora-Tamayo que desde que empezó la crisis “hemos preservado la médula de lo que es el CISC, esa especie de núcleo que sea capaz de hacer aportaciones al acerbo del conocimiento y a la aplicabilidad de ese conocimiento” y señala que no se ha traspasado la “raya roja que nos pusimos de no tener que despedir a nadie”.
Además, el presidente del CSIC señala en España en ciencia y en investigación “hay que hacer un esfuerzo mayor desde el lado de la inversión privada, el sector privado tiene que hacer un esfuerzo en estrecha combinación con lo que es el sector público”. “Por eso quiero que cale el mensaje fomentar mas colaboración publica-privada”, reconoció Lora-Tamayo.
A la pregunta de si hay fuga de cerebros, el responsable del CSIC dice que el hecho de que científicos “se vayan fuera uno o dos años fuera con posibilidad de volver no lo considero fuga de cerebros es movilidad y riqueza” aunque admita que es cierto que hay doctores que no encuentren una plaza de investigar: “Es cierto que nuestra capacidad de absorber es bastante menor”.
Dice que lo de los investigadores formados que se van fuera es “una leyenda urbana exagerada, los hay pero no muchos mas que otras veces” y explica que lo ocurre es que a veces “encima de la mesa parece un cheque con varias cifras”.
Admite que en ciencia “en estos momentos no somos competitivos y avanza que se está trabajando para definir una carrera investigadora no funcionarial, laboral, como ocurre en muchos otros país”.
Explica el Presupuesto del CSFIC y dice que el presupuesto es en transferencias ministeriales 450 millones y el resto “lo que nos ganemos con nuestras investigaciones”, señalando que “ la experiencia nos dice que serán 200-250 millones” y a esto hay que sumar los contratos con las empresas.
“Del annus horribilis que fue el año pasado hemos pasado al annus ‘viabilis’ o como se quiera decir”, reconoce Lora Tamayo.
