El eurodiputado de la formación aboga por siete portavoces en el partido mediante primarias abiertas, mientras que Pablo Iglesias apuesta por un secretario general. El eurodiputado de Podemos Pablo Echenique-Robba ha presentado una propuesta organizativa para su debate en la Asamblea Ciudadana de la formación, que se basa en la autonomía política y financiera de los círculos, a los que plantea dotar de “considerable independencia y capacidad de maniobra”.
Echenique presenta esta iniciativa un día después de que el equipo de Pablo Iglesias hiciera públicas sus propuestas de principios éticos, políticos y organizativos, en las que abogan por una estructura como la de las formaciones tradicionales en España: un secretario general, que sería elegido por sufragio universal por la Asamblea Ciudadana –máximo órgano de decisión-.
A diferencia de Iglesias, Echenique propone la elección de siete portavoces en el Círculo Estatal de Podemos mediante primarias abiertas a toda la Asamblea Ciudadana, que serán quienes representen a la organización en eventos públicos, debates y ante la prensa.
Para el líder de Podemos, a diferencia del eurodiputado de la formación, la portavocía del partido la podrá ejercer cualquier miembro “en virtud de la posición que ocupen” en la estructura de la organización, aunque haciendo constar expresamente la condición en virtud de la cual se ejerce esta tarea y sin exceder el ámbito concreto de las competencias.
El documento propuesto por Echenique, llamado ‘Es la hora de la gente’, está respaldado con propuestas de los círculos de Zaragoza, Múnich, Discapacidad o Cooperación Internacional, y aboga por un modelo de participación «inclusiva y accesible» y no la clásica afiliación.
Se trata de garantizar que todas las personas que deseen participar en Podemos tengan «los mismos derechos de decisión y voto», afirma en un comunicado recogido por Europa Press.
Apuesta por el Círculo como «unidad básica de la organización» y considera a la totalidad de Podemos como un Círculo especial, en el que están todas las personas inscritas, al que denominan Círculo Estatal y detrás del cual estarán los círculos territoriales.
Este modelo gira en torno al principio participación ciudadana, el «ADN» del proyecto y que parte de la idea de que las decisiones deben adoptarlas quienes se van a ver afectadas por ellas.
Por ello, «se dota a los círculos de independencia y capacidad de maniobra» para organizar reuniones o asambleas, financiarse, elegir a sus cargos internos, elevar propuestas e incluso posicionarse políticamente sobre determinados acontecimientos.
Otro de los ejes de la propuesta es la financiación, en la que quedan prohibidos los números rojos y los créditos y se obliga a la publicación de todos los gastos para asegurar el control ciudadano.
