Los consejeros de Educación piden a Wert que ponga cerco a las universidades online

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Los consejeros de Educación piden a Wert que ponga cerco a las universidades online

José Ignacio Wert, ministro de Educación

Las comunidades autónomas han exigido al Ministerio de Educación que aumente los controles sobre estas universidades no presenciales. Cuando un alumno trabaja o vive lejos del campus suele optar por la vía de la universidad a distancia, la online. En España, hay más de 230.000 estudiantes de grados y másteres que prefieren esta opción antes que la universidad tradicional. Esto ha creado cierta animadversión entre las comunidades autónomas, ya que han pedido al ministro de Educación, José Ignacio Wert, quien ya prepara un nuevo decreto para regular la apertura de universidades, que aumente los controles sobre ellas.

Según una información de El País, Wert ha reconocido públicamente la preocupación de las regiones por “la proliferación de las universidades no presenciales”. “No estamos en contra de estos centros, pero tienen que cumplir con una serie de requisitos”, ha indicado la directora general de Universidades del Gobierno de Asturias (PSOE), Miriam Castro. A esto, ha añadido que “para llevar el rótulo de universidades debe haber exigencias que garanticen que esto no es un mercado de títulos”.

Y es que los consejeros de educación de las comunidades autónomas critican que para abrir una universidad a distancia no hay tantas trabas como en las tradicionales y de que pueden atraer a alumnos de otras regiones sin que ellas tengan un control institucional. Por ejemplo, todos los títulos, tanto presenciales como no, deben pasar un primer filtro de la agencia de Evalución Aneca, del Ministerio de Educación. Es decir, un examen escrito sobre papel del proyecto que la universidad envía a la agencia, cuyo control llega seis años más tarde. En las presenciales, hay una revisión regional de la oferta, algo que no existe para las online, ya que trabajan en distintas autonomías con estudiantes de todas partes, tal y como se hace eco el citado diario.

Wert está preparando un nuevo real decreto de creación de centros, del que ya hay un borrador, para que sustituya al único que hay sobre esto, aprobado en 1991. En aquellos tiempos, tan sólo existía la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), que data de 1972. Posteriormente, abría la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), con fondos de la Generalitat, y otras cuatro privadas: Udima (Universidad a Distancia de Madrid), Internacional de La Rioja (UNIR), Isabel I de Castilla (Burgos) y la Universidad Internacional Valenciana (VIU).

Sin embargo, el borrador de este nuevo real decreto se centra más se centra más en reducir los requisitos de apertura para las presenciales que en las online. Entre otras exigencias, no obliga a cubrir con los títulos todas las ramas del conocimiento (Humanidades, Ciencias, Tecnología…) como hasta ahora y elimina la necesidad de considerar la demanda por mayor población escolar. La oposición considera que todo esto beneficia a los campus privados.

A las online tan sólo las menciona para reducir el número de profesores. Las presenciales tienen que tener un docente por cada 25 alumnos, mientras que las no presenciales, uno por cada 100.

El secretario general de Universidades de la Junta de Andalucía, Francisco Trigueros, ha indicado que “el Ministerio tiene que tener una metodología de trabajo, una visión de conjunto para dar garantía a los alumnos. Sin esto, la traza de garantía se pierde y puede llevar a que el sistema pierda reconocimiento”. El rector de la universidad pública de La Rioja, José Arnáez Vadillo, ha pedido más supervisión porque “los organismos de control deberían revisar más los recursos humanos y garantizar la calidad. La formación online debe pasar los mismos filtros”, según recoge El País.

Otras de las reglas que exigen es que haya una lista con las titulaciones susceptibles de que sean aprendidas a distancia. Por ejemplo, la UNED no oferta Medicina, mientras que, a principios de 2014, la Academía de Dermatología y Venereología paró un máster que pretendía ofertar la UNIR.

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