La presidenta del PP de Madrid pide cambios en la ley para castigar ejemplarmente a los que participan en estas exhibiciones de odio en Cataluña y en el País Vasco. Esperanza Aguirre ha utilizado su artículo semanal de los lunes en el diario ABC para denunciar la “exhibición de odio” que, a juicio de la presidenta del PP de Madrid, supone el “fusilamiento” simulado de un concejal del Partido Popular que se hizo durante las fiestas del pueblo barcelonés de Cardedeu y para pedir que “la Justicia y los poderes públicos, empezando por la Policía autonómica y siguiendo con por la Policía municipal, “actúen con “diligencia y rigor”.
La presidenta del PP madrileño, en su primer artículo tras las vacaciones estivales, denuncia que “este año los ‘simpáticos’ y ‘tradicionales’ trabucaires decidieron presentarse delante de la vivienda de Jaime Gelada, un concejal del Partido Popular, y durante un rato simular una y otra vez su fusilamiento” y hace nota que “la broma, si es que se trataba de una broma, no tiene la menor gracia, sino todo lo contrario”.
Para la política ‘popular’ “los trabucaires han dado una exhibición de odio al que no piensa como ellos”, haciendo notar que el fusilamiento fue simulado, “¡faltaría más!, pero el odio, no”, por lo que considera que “ante esa exhibición de odio nadie puede permanecer impasible ni mirar para otro lado”.
Y advierte que “si la Ley actual no permite castigar ejemplarmente a los que participan en estas deleznables exhibiciones, lo mismo que si no permite castigar a los que pintan dianas en el País Vasco sobre la imagen de los que no piensan como ellos o no se someten a sus dictados, habrá que cambiar la Ley, y pronto”.
Además, Aguirre cree que “es a los nacionalistas más radicales, es a los independentistas más convencidos, a los que más deben preocupar estas manifestaciones de odio hacia el que no piensa como ellos” y dice que “los independentistas tienen que explicar hoy acerca de esa república catalana independiente con la que sueñan, es cómo piensan tratar en ella a los que no son independentistas, a los que no se creen los dogmas de fe del nacionalismo, a los que –en el libre ejercicio de su capacidad de pensar– llegan a la conclusión de que el nacionalismo es una ideología decimonónica, retrógrada, reaccionaria y fuente de las peores violencias de los últimos cien años en la Historia de Europa”.
Haciendo notar que “si los Junquera, los Mas o los de la CUP no reaccionan ahora de forma contundente contra estos trabucaires, parecerá que están ya anunciando que, en la hipotética república catalana del futuro, al discrepante le espera lo que al concejal del Partido Popular de Cardedeu”.
Y concluye que “si los independentistas de verdad no reaccionan ante esta agresión estarán anunciando a todo el mundo que esa hipotética república del futuro no será nada idílica, sino que, más bien, será una perfecta dictadura del pensamiento único, donde al discrepante más le valdrá estarse calladito, como han tenido que hacer siempre los pobres ciudadanos cuando les ha tocado vivir bajo una dictadura”.
