Renta Corporación ya tiene fecha para intentar salir de la suspensión de pagos. La inmobiliaria deberá convencer a sus acreedores de su nuevo plan de pagos el 21 de marzo. El concurso de acreedores de Renta Corporación podría tener ya los días contados. La inmobiliaria ha presentado al juez todos los informes pertinentes y tras una amplia reestructuración ya tiene fecha para su junta de acreedores: el próximo 21 de marzo. El encuentro podría desembocar en el levantamiento de la suspensión de pagos.
En la junta, convocada por el juzgado de lo Mercantil número nueve de Barcelona, Renta Corporación presentará su plan de pagos para una deuda financiera que asciende a 160 millones de euros, según cifras del pasado mes de septiembre. Si los prestamistas dan su visto bueno a este nuevo calendario y el resto de condiciones, el juez podría decretar el levantamiento del concurso apenas un año después de haberlo aprobado.
Por el momento, los letrados han dado por cerrada la fase común del proceso concursal de la matriz y de las filiales no liquidadas que también solicitaron el amparo del juez ante el peso de sus deudas. Ahora, queda abierta la fase de convenio en la que la empresa debe llegar a un acuerdo con sus prestamistas para evitar la quiebra que de otra manera amenazaría con liquidar la inmobiliaria catalana.
El plan de la compañía, suspendida de cotización desde el pasado 18 de marzo, deberá contar con la aprobación de los acreedores titulares de al menos un 50% del pasivo ordinario que pesa sobre su balance. Y es que, según el informe realizado por la administración concursal, el agujero patrimonial de la catalana asciende a más de 25 millones de euros.
Renta Corporación ha apuntado en repetidas ocasiones a su intención de recurrir a la dación en pago como vía para cancelar algunas de sus deudas. En la presentación de sus cuentas del tercer trimestre del año añadió también que las negociaciones con la banca avanzaban “de forma satisfactoria”. Para ello ha tenido que hacer frente a la liquidación de algunas de sus marcas filiales y al despido de la mitad de su plantilla de trabajadores.
