El oro pierde el atractivo para los especuladores

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El oro pierde el atractivo para los especuladores

A los inversores españoles que quieren depositar su dinero en materias primas les llama especialmente la atención el oro, seguido del petróleo (Brent) y de la plata. No obstante, y a pesar de ser reconocido como uno de los principales valores refugio en tiempos de convulsión, el preciado metal también sufre la desaceleración económica global.

Los gráficos son claros: actualmente una onza cuesta 1.745 dólares en comparación a los casi 1.800 dólares que costaba a principios de mes. Si bien es cierto que hace dos años su precio se encontraba por debajo de los 1.350 dólares por onza, el problema actual es que su precio parece haberse estancado, y por eso el atractivo se ha matizado.

Los inversores ven ahora el oro como una forma de proteger su capital, ya que el metal dorado no baja de valor. El problema es que ya no es una inversión especulativa con la que obtener una importante rentabilidad, y de ahí que algunos grandes magnates hayan reducido su exposición a esta materia prima (a cambio, la afluencia de capital a los fondos de alto riesgo ha crecido en los últimos meses).

Estas teorías las expone, entre otras, la organización World Gold Council. Según este grupo, la demanda del metal cayó un 7% en el segundo trimestre de 2012 comparado con el mismo período del año pasado debido, entre otras, cosas al descenso de la compra de joyería en diversas economías consideradas como desarrolladas.

Para los más pesimistas esta caída de la demanda, unida a los extensos inventarios del metal dorado, podría derivar a medio o largo plazo en un significativo descenso del precio del oro. “Creemos que el precio de largo plazo de la onza de oro es de 1.200 dólares (unos 930 euros)”, aseguró Young Park, analista de acciones de empresas mineras de la firma estadounidense Morningstar, a la agencia AP.

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