La CNMV impone a los CFD las restricciones que exige para las preferentes

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La CNMV impone a los CFD las restricciones que exige para las preferentes

En adelante, la CNMV exigirá que la comercialización de CFD con apalancamientos superiores a las diez veces se realice fuera del ámbito del asesoramiento.

CNMV

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha echado el cerco al creciente negocio de los contratos por diferencias, más conocidos por las siglas inglesas CFD. El supervisor ha impuesto a los brókeres unas exigencias para su comercialización muy similares a los que ya venían rigiendo para las polémicas participaciones preferentes.

El organismo supervisor ha tomado esta decisión después de constatar la creciente popularidad de este producto de riesgo entre inversores de perfil minorista. Un producto que, además, en el 82% de los casos procuró pérdidas a los clientes que realizaron operaciones con ellos entre los meses de enero de 2015 y septiembre de 2016, según una investigación realizada por su propio personal.

Las exigencias, que habrán de ser implementadas en el plazo máximo de un mes, se extienden también hacia las opciones binarias y los productos forex para operar en el mercado de divisas, del tipo de los contratos rolling spot foreign exchange. Todo ello después de haber constatado que tanto estos productos, como su operatividad y sus riesgos “son difíciles de comprender para la mayor parte de los inversores minoristas”.

Por este motivo, en adelante se exigirá que la comercialización de estos productos con apalancamientos superiores a las diez veces se realice fuera del ámbito del asesoramiento en materia de inversión. A estos inversores se les debe advertir expresamente de que “la CNMV considera que, debido a su complejidad y riesgo, la adquisición de estos productos no es adecuada” para su perfil, así como de los costes y el volumen de pérdidas que podrían tener que llegar a asumir.

En último caso, estos inversores minoristas habrán de aportar un texto manuscrito o grabación verbal que permita acreditar que, aún conscientes de las referidas alertas, quieren contratar estos productos. Asimismo, los elementos publicitarios de estos productos deben contener “siempre una advertencia sobre la dificultad” para comprenderlos y el hecho de que “la CNMV considera que no son adecuados para inversores minoristas debido a su complejidad y riesgo”.

Además, el supervisor español se ha comprometido a dirigirse a sus homólogos europeos para que en sus países “exijan la realización de las mismas advertencias y actuaciones a los intermediarios registrados”, así como a defender “activamente” la adopción de medidas conjuntas en todo el Viejo Continente. Este era uno de los objetivos del plan de actuaciones de la CNMV para el primer trimestre del presente ejercicio, con lo que la institución que ahora preside Sebastián Albella ha logrado cumplir con su calendario base en este punto.

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