Los especuladores bajistas se frotan las manos con el debut de Snapchat

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Los especuladores bajistas se frotan las manos con el debut de Snapchat

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Los analistas califican la valoración que se baraja para Snapchat de “exigente” y hasta “excesiva” al considerar los precios fijados en los debuts de otras redes sociales. Snapchat llama a las puertas de Wall Street, donde si todo va según el calendario previsto debutará el próximo jueves. La alta valoración que se estima para la red social y la trayectoria bursátil de las compañeras de sector que la han precedido han puesto sobre aviso a los especuladores bajistas, que ya se preparan para hacer negocio.
 
El mayor debut tecnológico de la Bolsa de Nueva York de los últimos tres años, el tiempo que cuenta desde el estreno de la china Alibaba, se plantea a unas ratios de valoración que los analistas califican desde “exigentes” hasta “excesivas”. Una advertencia que ha despertado el apetito de los inversores en corto y los seguidores de la inversión al más corto plazo.
 
La circunstancia que más desazón ha despertado en el mercado estadounidense está en los 14,00 dólares por acción a los que se estima que como mínimo debutará Snapchat. Esta cota supone 52 veces el importe de las ventas por título de la compañía y un múltiplo que no se ha visto hasta la fecha en el parqué neoyorquino. En todo caso, tan solo sería comparable a Twitter, cuyos títulos se colocaron a 45 veces su facturación y que en sus tres años y medio cotizando han perdido ya un 62% del precio al que cerraron su sesión debut.
 
Su comparable más exitosa hasta la fecha, Facebook, se vendió a razón de 28 veces sus ventas por acción y a lo largo de casi cinco años en el parqué ha logrado una revalorización del 254% que viene avalada por haberse coronado como la red social que mejor monetiza el tráfico de sus visitantes. La diferencia en este caso radica en que Snap, que es el nombre de la compañía propietaria de la conocida aplicación de mensajería por fotografías de duración predeterminada, no ha generado beneficio ni una sola vez desde su creación y a lo largo de 2016 ha sufrido pérdidas por un 38% más que en el ejercicio anterior.
 
Los analistas de XTB reconocen que “no es raro que las startups tecnológicas pierdan dinero en esta fase tan prematura de negocio”, sin embargo, se preguntan cuándo podrá trasladarse a la parte final del balance el exponencial crecimiento de usuarios que la compañía se vaticina y en la que fundamenta su elevada valoración. Algo que, además, queda en entredicho tras haberse conocido que el número de nuevos registros en el último trimestre del año ha caído del 16% que marcaba su media anual hasta entonces a apenas un 3%.
 
Un factor más se suma a la complejidad del debut de Snap: la composición de su accionariado. La compañía ha dejado fuera de la colocación inicial de títulos a los inversores minoristas, de manera que solo podrán hacerse con títulos de la misma una vez que ya cotice en el mercado. Y, además, estos títulos no ofrecerán a sus dueños ningún derecho político, de manera que los inversores institucionales primigenios y, sobre todo, los dos fundadores de la compañía seguirán controlando sus designios.
 
A pesar de que el análisis de los primeros 90 días de cotización, periodo en el que normalmente se bloquean las ventas para los accionistas del núcleo duro, arroja ganancias para los inversores de la oferta pública de venta (OPV), el resultado es muy diferente para aquellos que compran en el primer día de negociación. Del 68,2% de rentabilidad que marca la media de Alibaba, Atlassian, Facebook, GoPro, Line, Shutterstock y Twitter para los inversores de la colocación inicial, a pérdidas del 0,6% para los que llegaron al debut.
 
Con todos estos ingredientes, la búsqueda de rentabilidad por parte de los bajistas apunta hacia la compañía surgida de la colaboración de Evan Spiegel y Bobby Murphy. Tanto es así que, antes incluso de que se fijen las condiciones definitivas de la operación, son ya varias las casas de inversión que vienen ofreciendo productos derivados negociados en mercados no oficiales con el fin de conseguir arañar ganancias en los primeros cruces de la compañía sin pasar por la compra directa de acciones. Los contratos por diferencia, más conocidos por sus siglas CFD y poco recomendables en algunas de sus modalidades para carteras conservadoras y modestas por la posibilidad de pérdidas muy superiores a la inversión inicial, y las denominadas acciones sintéticas son dos de las alternativas más ofertadas y buscadas.
 

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