CaixaBank ajusta su cotización al precio de venta de Criteria

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CaixaBank ajusta su cotización al precio de venta de Criteria

Sede de CaixaBank

La colocación decretada por Criteria coincide con el último día fijado para que los accionistas del portugués BPI acepten las condiciones de la OPA de CaixaBank. CaixaBank se coloca en la picota de los inversores por motivo doble este martes. De una parte, hoy vence su oferta pública de adquisición (OPA) por el portugués BPI. De otra, la entidad cotiza con caídas de cerca del 3% la colocación de acciones que ha llevado a cabo Criteria, otra de las ramas del grupo financiero catalán.
 
Las ventas se han llevado a cabo mediante el tradicional sistema de colocación acelerada de acciones reservada a inversores institucionales, tal como se notificó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ya en la noche de ayer. Con este sistema, Criteria ha buscado nuevo dueño para un 5,322% de la rama cotizada del grupo.
 
Esta operación, que ha afectado a un paquete de 318,3 millones de acciones del banco cotizado, se ha saldado finalmente por 1.068,6 millones de euros. Esto se traduce en un precio unitario de 3,3572 euros por título, un precio que incluso se perforaba a la baja en los cruces más bajistas de la sesión de este martes en la entidad que preside Jordi Gual. El mínimo a la apertura se ha quedado en 3,30 euros por título, un 4,6% por debajo del cierre de ayer y con un descuento del 1,7% respecto al importe conseguido por Criteria.
 
Los bancos fichados para llevar a cabo la operación han sido Barclays, Citigroup, Merrill Lynch, JP Morgan y Morgan Stanley. En este sentido, los dos últimos “han dispensado a Criteria de la obligación de no transmitir acciones” que había asumido con ellos en el marco de la anterior colocación de títulos de CaixaBank celebrada el pasado 13 de diciembre, tal y como consta en la documentación remitida a la CNMV.
 
Además, este martes concluye el plazo anunciado para que los accionistas de BPI muestren su adhesión a la oferta propuesta por CaixaBank. El plan con el que desembarcaría en la entidad lusa, que recientemente eliminó el veto al ejercicio de voto por más de un 20% tal y como había exigido el catalán, prevé reducir 900 empleos en los próximos tres años, con el objetivo de mejorar la eficiencia del banco, lo que supondría el cierre de 52 sucursales ya este mismo año, tal y como figura en el folleto de la operación aprobado por los supervisores ibéricos.

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