La escasa liquidez bursátil de la filial cementera del grupo constructor y el precio ofrecido en la OPA sobre sus acciones ha evitado su caída en Bolsa.
El verde domina en FCC a pesar de que su filial de áridos ha publicado este viernes unas pérdidas mucho más abultadas de lo que descontaba el mercado. Cementos Portland casi ha cuadruplicado números rojos, lo que no ha impedido que su matriz cotice con alzas del 3% el día en que se ha anunciado arbitraje contra Perú.
La remontada de FCC ha llevado a su gráfica a cotizar de nuevo por encima de la cota de los 8,00 euros por acción, una barrera de la que se había apeado hace dos semanas y media. El avance ha sido tan abultado que a media sesión negociadora llegaba a situarse entre los cinco más contundentes de todo el Mercado Continuo frente a un Ibex 35 que apenas lograba medrar medio punto porcentual.
El grupo constructor avanza pues en Bolsa ajeno al rumbo de las cuentas de Cementos Portland, que ha engordado pérdidas anuales en un 263%, hasta los 225 millones de euros. Al descenso en ventas del 7,6% que la filial de áridos ha sufrido a consecuencia de una menor demanda y la depreciación de las monedas de algunos de sus mercados clave como Túnez, se le ha sumado un deterioro de 187 millones de euros en fondo de comercio.
Las cifras de balance publicadas este viernes por la cementera recogen también la desconsolidación de la antigua filial estadounidense Giant y la adquisición de Uniland. Así, la facturación se ha reducido a 536 millones de euros en la todavía cotizada. A la espera de que se consume la oferta pública de adquisición (OPA) formulada por FCC a instancias de su principal accionista, Carlos Slim, el beneficio bruto de explotación ha caído en un 5,4% a lo largo de 2016, hasta los 89,2 millones, según la documentación remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Este mismo viernes se ha conocido además que FCC reclamará un arbitraje internacional frente al Ministerio de Ecomía y Finanzas del Perú. La cotizada española ha tomado esta decisión junto a sus socios de consorcio para las obras del metro de Lima, la capital del país andino, por la falta de acuerdo en torno a la entrega de los terrenos para la realización de los trabajos, cuyas condiciones diferentes de las acordadas habrían supuesto ya retrasos de más de un año al proyecto, según ha denunciado la presidida por Esther Alcocer Koplowitz -junto con las italianas Impregilo y Ansaldo y la peruana Cosapi- ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi).
