Los inversores españoles se mudan a las Bolsas de economías emergentes

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Los inversores españoles se mudan a las Bolsas de economías emergentes

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Las carteras de corte conservador, predominantes en España, se han visto obligadas a traspasar fronteras con el objetivo de esquivar la volatilidad y los tipos cero reinantes. La Bolsa española era por estas fechas de hace un año una de las apuestas imprescindibles de brókeres nacionales y foráneos. La aparición de inesperados focos de tensión fue enterrando el potencial alcista que otorgaban al Ibex 35 y las carteras de inversión se han ido desplazando hacia los entonces denostados mercados emergentes.
 
Esta mudanza desde la renta variable nacional hacia economías más inexploradas es una de las tendencias más significativas que han seguido los inversores españoles en este año que ya toca a su fin. Así lo constata la gestora de activos de Natixis, uno de los principales bancos franceses de inversión, al comparar los datos de sus los barómetros a los que ha sometido las carteras españolas a lo largo de este ejercicio.
 
La inversión nacional más penalizada ha sido la destinada a fondos sectoriales, si bien la realidad es que el sesgo hacia las Bolsas de España, la Eurozona y el conjunto de Europa “parece haber disminuido en favor de la renta variable global” y, más especialmente, de mercados emergentes, según explica Juan José González de Paz, consultor sénior del departamento internacional de análisis y consultoría de carteras de de Natixis Global Asset Management.
 
A medida que la incertidumbre sobre las finanzas europeas ha ido ganando terreno en este año que ya toca a su fin, en los mercados emergentes se han ido despejando. En este sentido, los expertos interpretan esta rotación como una respuesta ante “una mayor falta de claridad respecto de la evolución de los mercados en general y también como un mayor afán por controlar el riesgo”, recoge el referido informe.
 
Por lo que se refiere a este último punto, Sophie del Campo, directora general de la gestora para Iberia, Latinoamérica y EEUU para el exterior subraya que “este aumento del riesgo supone un desafío, sobre todo para las carteras conservadoras”. Al haber aumentado también la correlación entre los activos clásicos (bonos de renta fija y Bolsa), incide en la idea de que sin traspasar fronteras “cada vez es más difícil para los inversores conservadores diversificar correctamente sus carteras y encontrar activos que les permitan alcanzar sus objetivos de rentabilidad”.
 
La evolución de posiciones en el mercado de renta fija sigue un patrón muy parecido al de la renta variable. En este caso, la gestora de origen galo constata la progresiva preferencia de los inversores conservadores por fondos activos flexibles con mandatos de gestión amplios y trasvase desde papeles soberanos europeos hacia bonos gubernamentales pero también corporativos de países emergentes, con especial tendencia también hacia el acortamiento de plazos de vencimiento con el objetivo de minimizar la inversión por precio y acceder a tipos más elevados.
 
Este estudio extrae sus conclusiones de la revisión exhaustiva de más de 100 carteras modelo perfiladas y gestionadas por una veintena de las principales firmas de gestión patrimonial de España. El primer barómetro con estas características se llevó a cabo en el último trimestre de 2015, con lo que la comparación con su última edición arroja la dinámica del último año de los inversores españoles, donde las estrategias conservadores suponen dos tercios del conjunto global estudiado.

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