A Wall Street le gustan los años electorales, quien gane es lo de menos

Especial Resumen de Mercados

A Wall Street le gustan los años electorales, quien gane es lo de menos

Wall Street

Desde 1964, el S&P 500 sólo ha bajado en dos años en los que se han celebrado elecciones, frente a los 11 en los que registró subidas. El pasado 8 de noviembre Donald Trump se convirtió de forma inesperada en el sucesor de Barack Obama en la Casa Blanca y Wall Street lo ha celebrado. Algo que también habría sucedido si hubiese sido Hillary Clinton quien se hubiera hecho con la victoria o, al menos, así ha ocurrido históricamente: a la bolsa estadounidense le gustan los años electorales, quien gane es lo de menos.
 
Los mercados nunca duermen y tampoco tienen ideología, pero sí parece que les gustan los procesos electorales. Según los datos recopilados por Bloomberg, si se contabilizan los 13 años de elecciones presidenciales que ha habido desde 1964, cuando el presidente demócrata Lyndon B. Johnson alcanzó la Casa Blanca, el índice Standard Poor’s 500 subió 11 veces, o el equivalente a 5,5 años de subidas por cada uno de pérdidas.
 
Además, en varias ocasiones las subidas de Wall Street fueron sustanciosas, con mención especial al republicano Ronald Reagan, que vio como el S&P 500 se anotaba un avance anual de casi un 26%. Cuatro años antes, la victoria de Jimmy Carter fue celebrada con una subida de un 19,1%, mientras que volviendo a Johnson, en su año victorioso el indicador se anotó un 13%.
 
En los 39 años en los que el electorado nacional no estuvo involucrado en elegir un nuevo presidente el saldo del S&P 500 no es tan favorable: el índice subió 27 veces y cayó otras 12, lo que equivale a dos años de ganancias por cada uno de pérdidas.
 
Aunque estos datos bien podrían ser sólo una coincidencia estadística, lo cierto es que los dos únicos años en los que las elecciones no se tradujeron en ganancias estuvieron muy marcados por datos sombríos: en el año 2000, cuando el republicano George W. Bush alcanzó el poder tras un recuento muy polémico, el índice cayó un 10,1% en pleno estallido de la burbuja de las punto.com; en 2008 el todavía presidente Barack Obama ascendió por primera vez al poder en un año en el que EEUU se enfrentó a su peor recesión desde la Gran Depresión, y ese año el S&P 500 se desplomó un 38,5%.
 
Donde sí parece haber una distinción ideológica es en el retorno obtenido por los inversores: durante las victorias republicanas el rendimiento medio del S&P 500 fue del 8,8%, por encima del 5,3% de los años demócratas, de acuerdo con estos datos de Bloomberg. Sin embargo, si se analizan los tres años siguientes, la tornas se vuelven: un retorno del 5,7% frente a uno del 11,1%, respectivamente.  De momento, el S&P 500 acumula en lo que va de año una revalorización de un 5,9%, y sólo los dos próximos meses dirán si se cumple o no la norma.

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