El progresivo encarecimiento del petróleo en las últimas semanas había frenado el ascenso bursátil de las aerolíneas de todo el mundo al anticipar mayores costes operativos.
El rumbo alcista no cesa en IAG, que se apunta al lado amable de la tabla de revalorizaciones por tercera sesión consecutiva. La aerolínea hispano-británica se apunta este jueves ganancias del 3,4% que la sitúan al frente del Ibex 35 con el impulso de las primeras cuentas del sector: la de la low-cost Norwegian.
Al cierre de la sesión de ayer miércoles, IAG logró esquivar el recorte de previsiones que anunció otra de sus rivales de bajo coste, Ryanair. Este jueves, son las cuentas de la nórdica y la mejora de perspectivas que en este caso ha adelantado la alemana Lufthansa las que han vuelto a espolear su cotización, que dos semanas después vuelve a buscar los 4,50 euros por acción.
Las cuentas de Norwegian reflejan un beneficio récord en su historia: 992 millones de coronas noruegas, unos 111 millones de euros al cambio de divisas. La cifra gana fuerza al considerar que la media de las previsiones de analistas fijaban un máximo de 943 millones para esta cifra de cierre de balance trimestral. El desempeño ha sido tan positivo para la compañía que ya ha anunciado que espera incrementar su exponencial ritmo de crecimiento a tal punto que su oferta de rutas cerca de un 30% el año que viene.
El efecto no se ha hecho esperar en la Bolsa de Oslo, donde las acciones de Norwegian están admitidas a cotización y este jueves se apuntan alzas que rozan el 8% a media sesión negociadora. El impulso es tal que por primera vez sus títulos se pagan a más de 300 coronas noruegas, marcando nuevos máximos históricos para una trayectoria bursátil que comienza en diciembre del año 2012.
Los ganancia de altura de IAG ha contado con otro motor: la mejora de previsiones de Lufthansa. La compañía germana ha revisado al alza sus proyecciones con las cifras de septiembre sobre la mesa y batiendo las estimaciones de su dirección. La nueva hoja de ruta de la cotizada, que suma un 7% arriba en la Bolsa de Fráncfort, supera las quinielas de los brókeres más optimistas hacia su negocio, como los de Deutsche Bank.
Este último sostenido rebote ha ayudado a la hispano-británica a salir de la zona de mínimos anuales a la que había retrocedido a consecuencia de la progresiva remontada de precios del barril de petróleo. El incremento en costes operativos que esto supone para el conjunto del sector ha llevado a varios analistas a revisar a la baja los precios objetivos que otorgan a la compañía. Este ha sido el caso reciente del propio Deutsche Bank así como de Credit Suisse, que sin embargo siguen otorgando a la gráfica de la compañía cotizada en Londres y Madrid un potencial alcista del 31% y 19% respectivamente.
