La inversión en constructoras gana en la carrera presidencial a la Casa Blanca

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La inversión en constructoras gana en la carrera presidencial a la Casa Blanca

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Con independencia de quien se alce con la victoria en las urnas este noviembre, la construcción se postula como el sector más beneficiado durante la próxima presidencia. El futuro político de España podría comenzar a aclararse en la primera sesión de investidura que para Rajoy se celebra este martes. Los inversores lo seguirán muy de cerca para valorar en qué sectores apostar con más fuerza. En EEUU, que este invierno celebrará presidenciales, la construcción es el valor seguro fuera quien fuese el nuevo inquilino de la Casa Blanca.
 
Los motivos son muy dispares en el caso de que el vencedor en las urnas sea el republicano Donald Trump o la demócrata Hillary Clinton. Sin embargo, el sector de la construcción parece salir beneficiado sea de quien sea la victoria en los comicios del próximo 8 de noviembre. Así lo consideran los analistas de BBVA en un reciente informe publicado al respecto en el que invitan a tomar distancias de valores estadounidenses muy dependientes de la marcha de su negocio exterior.
 
En el caso de que la candidata demócrata sea la elegida por los estadounidenses para llevar las riendas de la mayor economía del mundo por los próximos cuatro años, el punto a favor de la apuesta en construcción viene por el “importante” volumen de inversión pública y privada que ha prometido promover en infraestructuras. Según los analistas de BBVA, esto sería una clara oportunidad de negocio para firmas de construcción pura, materiales, maquinaria, metales primarios, arquitectura, ingeniería y servicios relacionados.
 
Por lo que se refiere a Trump, su más colosal y polémico proyecto de campaña es el principal acicate para apostar por las obras: la construcción del muro fronterizo con México. Las primeras estimaciones para el proyecto lo cifran en unos 25.000 millones de dólares, una cifra que vendría respaldada por la creación de un fondo de infraestructuras que reanimaría también el mercado de renta fija. En este sentido, este fondo se constituiría con fondos estatales ofrecidos tanto a inversores institucionales como particulares que respaldaría esta obra, cuyo presupuesto animaría la realización de otros proyectos.
 
Clinton favorecería también, según los expertos del banco español, a las compañías del sector de las telecomunicaciones y de energías renovables. La extensión de los servicios digitales así como la apuesta por la energía limpia han sido dos de los ejes de su programa para imponerse como candidata demócrata y, ahora, en su pugna por la Presidencia estadounidense. Esta última agenda verde debería potenciar también el negocio de las compañías de gas natural.
 
La sanidad, la educación superior y la vivienda también se verían reforzadas con la continuidad demócrata en la Casa Blanca. Un nuevo impulso a los programas de asistencia médica de corte público, el plan para reducir la deuda estudiantil y la mayor disponibilidad de renta para la adquisición de un inmueble a consecuencia de los dos puntos anteriores serían los catalizadores para prever impulsos alcistas en las compañías vinculadas a estas actividades.
 
Si el ganador de la cita del próximo noviembre fuera el candidato republicano, los negocios vinculados a equipos de seguridad y penales se colocarían entre los más beneficiados. Esta estimación procede de la promesa de Trump de plantar una más dura batalla a la inmigración ilegal, lo que supondría reforzar la seguridad de los cuerpos de orden del estado y sus herramientas de trabajo, así como de la promesa de endurecer medidas penales para combatir algunos tipos de delito, lo que promete más negocio para los operadores de prisiones y centros de retención.
 
El otro gran beneficiado por la instalación del magnate en la Casa Blanca sería el sector de las materias primas, que tendría en el temor a bandazos normativos una clara vertiente de búsqueda de valores refugio, siempre según el informe. El oro y las compañías que lo extraen se convertirían en opción preferencial, así como otras industrias de materias primas energéticas por la probable desaparición de algunos organismos supervisores de su actividad como la EPA, lo que implicaría menos costes de cumplimiento legal para las compañías vinculadas a petróleo, gas y carbón, entre otras.
 
Especialmente, esta última saldría ganando por partida doble. Esto vendría por una hipotética política más laxa en cuanto a cuestiones medioambientales y de emisiones de gases de efecto invernadero. Cabe recordar que el candidato ha llegado a afirmar que el cambio climático no es más que un invento de algunos países para frenar el desarrollo económico de EEUU y así cogerle ventaja.

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