La implementación de la directiva europea MiFID II ha provocado un drástico incremento en el número de solicitantes de certificación para su actividad. El endurecimiento de las normas comunitarias en la prestación de asesoría financiera se refleja en el número de candidatos que se han registrado para obtener distintas certificaciones en la ‘selectividad’ del sector: un 40% más que hace un año. Los exámenes tendrán lugar los próximos martes, jueves y viernes.
La cifra total de aspirantes a alguno de los certificados que otorga EFPA asciende a 2.500 profesionales del sector. Detrás de esta cifra, aupada por los requisitos que impone la directiva europea MiFID II, se encuentran profesionales de banca, de sociedades de valores, gestoras de fondos, y EAFI, que son instituciones independientes de asesoramiento financiero. Estas es la segunda convocatoria que la Asociación Europea de Planificación Financiera lanza este año.
Del total de profesionales del sector financiero que participarán en las pruebas, más de 1.000 optarán al Diploma de Agente Financiero (DAF) y más de 1.500 se examinarán de la certificación European Financial Advisor (EFA). El presidente del Comité de Acreditación y Certificación de EFPA España, Alfonso Roa, señala que la nueva norma comunitaria “supondrá un cambio radical para la industria y así lo han detectado los profesionales del sector” pues esta traerá consigo el establecimiento de una cualificación mínima y una experiencia acreditada, “tanto para ofrecer consejos de inversión, como para proporcionar información de productos”.
Estas pruebas para conseguir la certificación del primer nivel se celebrarán el martes y jueves en Madrid, Barcelona, La Coruña, Vigo, Almería, Bilbao, Las Palmas, Málaga, Sevilla, Tenerife, Valencia y Valladolid; mientras que del segundo tramo, tendrán lugar en Madrid, Barcelona, La Coruña, Almería, Bilbao, Las Palmas, Santander, Tenerife, Sevilla y Valencia. Y también en Andorra.
El DAF es un diploma de carácter nacional que acapara el 60% de los contenidos EFA, lo que permite liberar materia para la obtención de este certificado europeo en un plazo máximo de tres años. Se considera el primer nivel en la certificación de asesor financiero, que próximamente se convertirá en la certificación comunitaria EIP (European Investment Practitioner). Un paso más en el proyecto de Unión de Mercados de Capitales (UMC) desplegado por Bruselas.
