Los bancos acreedores empujan a Nueva Pescanova hacia la cuerda floja

La crisis de Pescanova

Los bancos acreedores empujan a Nueva Pescanova hacia la cuerda floja

Pescanova

La compañía heredera del antiguo emporio pesquero debe reconocer el crédito “oneroso” propuesto por la banca como pasivo, lo que reduce notablemente su balance patrimonial. Las aguas vuelven a estar revueltas en Pescanova. Los mismos bancos acreedores que vieron frustrada su intención de controlar un 95% de la nueva sociedad reflotada han impuesto ahora un contrato de financiación con “condiciones sustancialmente más onerosas que las de mercado” y que ponen en peligro el plan trazado para su regeneración.

El crédito de la polémica es por 150 millones de euros. Un importe, en principio, asumible por la Nueva Pescanova en la que los bancos acreedores de la antigua gigante gallega detentan la titularidad del 80% del accionariado. El problema llega con sus condiciones: un interés del 15% anual y una comisión de aseguramiento de 300 millones de euros a pagar a 20 años a la que se aplica un tipo adicional del 1%. Ante la incapacidad de decisión o competencia, los administradores de la pesquera contemplan perplejos la decisión de la banca.

En este sentido, subrayan que en los dos últimos años, en pleno proceso concursal del grupo, se ha contado con “otras fuentes de financiación de circulante a tipos de mercado”. Una circunstancia que no ha sido suficiente para evitar la suscripción del crédito supersénior contra el que ya advirtieron en la reciente presentación de las cuentas de la compañía en su segundo semestre del ejercicio 2015.

No obstante, entonces -finales del pasado mes de enero- tan solo se consideró la posibilidad de que “Nueva Pescanova podría proponer a la junta general aceptar el crédito ofertado por los acreedores concursales” con el correspondiente “efecto negativo sobre el patrimonio y la liquidez del grupo”. Sin embargo, los bancos han ido más allá y, antes de que la junta tenga lugar el próximo 25 de este febrero, han formalizado este crédito sin haber consultado si quiera al resto de inversores destacados ni a los administradores de la vieja Pescanova.

Los administradores de la antigua cotizada han remitido un hecho relevante a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en el que no ocultan su perplejidad ante lo ocurrido. A dos semanas para la celebración de la esperada junta de accionistas, adelantan que requerirán a Nueva Pescanova “información adicional sobre este crédito” así como explicaciones sobre “las razones que han determinado su activación”. A la espera de poder hacer un análisis más detallado que el impacto de esta decisión podría tener en el plan de reflotamiento financiero y de negocio de la compañía, ya se ha reconocido que el impacto “podría ser muy significativo” al punto de “reducir parcial o totalmente” la estimación patrimonial de 70 millones de euros que habían fijado para la heredera de su desvencijado imperio pesquero.

Esto se debe a que, de acuerdo con las normas contables vigentes, este préstamo debería reconocerse íntegro como pasivo, así como sus intereses y comisiones, que además están por encima de los usos del mercado. Adicionalmente, el pago recurrente de los elevados intereses aparejados al préstamo se traduciría en una “pérdida adicional” de liquidez para el grupo.

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