Los aeropuertos de Barajas y el Prat han aportado un 58% del beneficio bruto de la gestora, mientras que 22 bases regionales han vuelto a marcar números rojos. Aena vuelve a poner rumbo hacia los máximos históricos de su corta trayectoria bursátil. La gestora española de aeropuertos ha cerrado este viernes en los 84 euros por acción tras apuntarse una remontada del 4% al calor de su balance de negocio del ejercicio pasado, en el que ha conseguido superar las previsiones del mercado.
Las cifras operativas de Aena se han traducido en un aluvión de órdenes de compra sobre su capital, tal y como atestigua el volumen de negociación registrado por la cotizada. Al cierre de la alcista sesión de este viernes habían cambiado de manos más de 800.000 acciones del valor, una cota que no se alcanzaba desde hace dos semanas.
En este sentido, la gestora de los aeropuertos españoles ha dado cuenta de un incremento del 8% en sus ingresos hasta los 3.165 millones de euros, mientras que el resultado bruto de explotación o Ebitda engordó en un 16,5% al alcanzar los 1.875 millones de euros. En ambos casos, además de mejorar las cifras del ejercicio anterior, se superaron las previsiones de consenso, que para la segunda magnitud habían marcado un máximo de 1.850 millones.
La cotizada ha explicado en la documentación remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que esta mejoría de cifra se debe fundamentalmente a la recuperación del tráfico aéreo y el alza de los alquileres para las tiendas en sus aeropuertos. Algo que, sin embargo, no ha impedido que el beneficio neto cayera un 19,8% hasta los 479 millones de euros, circunstancia que se debe a la ausencia de deducciones fiscales con respecto al año 2013 y el desembolso afrontado para hacer frente a varias expropiaciones para la ampliación del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.
“Sin tales efectos, el beneficio neto hubiera alcanzado la cifra de 595 millones”, ha explicado la cotizada. Asimismo la deuda neta del grupo privatizado en un 49% se ha reducido hasta 10.382 millones de euros desde 11.332 millones del año anterior. El beneficio bruto provino un 58% de los aeropuertos de Madrid y Barajas, mientras que los 22 aeropuertos regionales y los dos helipuertos que gestiona el grupo siguen arrojando pérdidas.
A pesar de esta tarea pendiente de mejorar la rentabilidad de los aeropuertos de menor uso, el escudriño de las cuentas de la compañía -cuya publicación se pospuso desde el martes debido al accidente de Germanwings- le ha procurado una sesión de más a menos en el parqué madrileño. Mientras que en las primeras operaciones de la jornada el valor apenas sumaba un 0,6% a su gráfica, en los cruces más entusiastas ha llegado a remontar un 5,7%.
