Los británicos ya son titulares de un 48% del capital social de la compañía aceitera cuya españolidad se planteó defender el mismísimo Gobierno. El fondo CVC Partners se ha quedado a sólo un paso de alcanzar el control mayoritario de Deoleo. La OPA que sus gestores formularon hace cinco meses se ha saldado con una aceptación del 18,1% que otorga a los británicos el control de un 48% del capital social de la mayor productora mundial de aceite de oliva.
Los británicos han informado a través de un escueto hecho relevante remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) del resultado de su oferta de compra. Los titulares de un 25,85% de las acciones a las que se dirigía la propuesta han aceptado vender a cambio de los 0,395 euros por acción que finalmente ofrecieron ante las recomendaciones del organismo supervisor.
En cifras redondas, los de CVC Partners se han hecho con el control de 208,97 millones de acciones de Deoleo, con lo que asumen un desembolso de 82,54 millones de euros para ampliar su peso en la aceitera. La aceptación, que ha sido calificada como “satisfactoria” por el fondo se queda sin embargo muy lejos de haber alcanzado el umbral del 50% que en un principio se fijó como condición indispensable para llevar adelante la compra.
Aunque los británicos desistieron de esta condición el pasado 11 de diciembre, con el objetivo de facilitar la aceptación de los inversores más reticentes, lo cierto es que la OPA se ha cerrado lejos del objetivo inicialmente mostrado por estos inversores. Tanto que los de CVC llegaron a mostrar su intención de huir de la aceitera si no conseguían hacerse con el efectivo control mayoritario de la compañía, de cuya consecución se han quedado a las puertas.
Tras conocerse las cifras de la OPA, Deoleo retrocedía con fuerza desde el precio ofrecido por los ingleses que en los últimos días había marcado todos sus cruces. A media sesión negociadora de este martes, sus acciones ya se vendían por 0,375 euros cada una, un 5% más baratas de lo que han tenido que pagar los de CVC para ampliar su peso en una compañía cuya españolidad se planteó defender incluso el Gobierno a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) como remedio a la huida de varias antiguas cajas de ahorros y a la cooperativa Dcoop, la antigua Hojiblanca. De momento, la bandera nacional de la cotizada queda a salvo.
