FCC se dispara a contracorriente en Bolsa a la espera del pacto con Slim

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FCC se dispara a contracorriente en Bolsa a la espera del pacto con Slim

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Esther Koplowitz ha encontrado el antídoto perfecto a las calabazas de Soros en el magnate mexicano. A la espera de un pacto final, los inversores celebran los rumores. El posible desembarco de Carlos Slim en el capital de FCC ha devuelto la constructora al radar de muchas carteras. La cotizada se ha hecho con alzas del 3% al frente de un Ibex 35 que al cierre se dejaba teñir de rojo mientras las especulaciones sobre la eventual llegada del magnate mexicano cobran más y más fuerza.

La propia FCC reconocía hace sólo dos días que las conversaciones con el magnate estadounidense George Soros habían terminado sin éxito. En su lugar, arrancaban las negociaciones con Slim a través de su compañía Control Empresarial de Capitales, filial de Inmobiliaria Carso. A falta de un comunicado oficial que concretara las propuestas sobre las que se trabaja, los rumores se han desatado.

El entusiasmo por un nuevo golpe de efecto en FCC, similar al ocurrido cuando entraron en su capital el propio Soros y Bill Gates, ha sido suficiente para devolver al valor la cota de los 15 euros por acción. Umbral que aún al cierre, con cruces más comedidos que a media sesión, lograba salvaguardarse.

Los acuerdos entre la cúpula de FCC y Slim irían, según han señalado varias agencias financieras internacionales, vinculadas a la cartera de inversión de Esther Koplowitz. Máxima accionista del grupo constructor hasta la fecha. La opción que más fuerte suena es que el mexicano se haga por 1.000 millones de euros con los derechos sobre la ampliación de capital que prepara el grupo y que corresponderían a la empresaria madrileña.

En este sentido, Koplowitz cedería desde su actual posición de dominancia con un 50,1% del capital social de la constructora hasta el entorno del 25%, una cota que prácticamente igualaría el magnate latinoamericano que recientemente se ha convertido en socio de referencia de varias compañías españolas. De este modo, se conseguiría contar con un socio más industrial que financiero y mejorar la situación financiera de la cotizada española.

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