El ataque internacional a Siria cada vez parece más improbable, pero Arabia Saudí ya ha preparado su estrategia en el conflicto: aumentar su producción petrolera. El país asiático ha anunciado que sus pozos “están dispuestos y son capaces” de asumir el flujo de la demanda internacional de ‘oro negro’ en caso de que el bombeo de sus vecinos merme si estalla el polvorín en que se ha convertido Oriente Medio.
La llamada a la tranquilidad, o al negocio según algunos analistas del mercado de materias primas, la ha lanzado el ministro de Petróleo saudita, Ali al-Naimi. El mandatario ha señalado que “la especulación sobre la geopolítica está afectando a los precios de forma clara”, pero se ha mostrado firme en su intención de salir al rescate del mercado si finalmente se produce un ataque contra Damasco.
Estas declaraciones, que se han producido en una reunión de ministros de Energía celebrada en Seúl y recogidas por Dow Jones Newswires, llegan sólo unos días después de que las autoridades saudíes apoyaran sin resquicios la intervención militar de EEUU en Siria. Además, fuentes locales llevan meses apuntando hacia Riad como uno de los principales proveedores de armamento de los rebeldes y milicias islamistas que combaten calle por calle en las grandes ciudades sirias contra las fuerzas leales al presidente Bachar al-Assad.
La monarquía absoluta que rige Arabia Saudí ya ha salido en muchas ocasiones al paso de los conflictos que agitan el mundo árabe. Hace varios meses, el país de las ciudades santas del Islam ya anunció su intención de aumentar su producción petrolera si las revueltas en Libia y Egipto comprometían las necesidades mundiales de este preciado combustible. Y es que, en el caso de Egipto, más allá de la producción de sus pozos el paso del Canal de Suez que une el Mar Rojo con el Mediterráneo es la vía de llegada a Europa de muchos de los barriles que se llenan en plataformas del Golfo Pérsico.
Mientras en la Casa Blanca se estudia con detenimiento el ofrecimiento de Damasco de deshacerse de todo su arsenal químico, el ministro saudí ya ha lanzado su pronóstico. Aunque no se produzca el ataque a Siria que apoya, ve más que probable que el barril de tipo Texas vuelva a cotizar por encima de los 110 dólares por unidad que marcó el pasado 28 de agosto. Las previsiones de incremento de demanda que acaba de dar a conocer la Agencia Internacional de la Energía para el próximo año ayudan a que su quiniela tenga más posibilidades de salir ganadora.
